El mensaje oculto de Trump y su obsesivo desfile militar

Partidarios y detractores discutieron sobre esta idea del presidente estadounidense, quien solicitó al Pentágono organizar un gran desfile militar en la capital. The Washington Postque fue el primero en dar una noticia que más tarde confirmó la Casa Blanca, publicó que Trump hizo esta petición tras quedar impresionado por el desfile del Día de la Bastilla durante su visita a Francia el año pasado.

La iniciativa fue duramente criticada por miembros del partido demócrata, que consideran que supondría un gasto absurdo de dinero y que proyectaría un símbolo equivocado al resto del mundo. También el republicano William Cohen, secretario de Defensa de EE.UU. en el último mandato de George W. Bush, entre 1997 y 2001, dijo que la propuesta de Trump es «innecesaria» y consideró hay mejores maneras de honrar a los militares.

Los desfiles de gran envergadura como el que ahora planea el presidente Trump son bastante inusuales en el país y su organización se redujo históricamente a momentos en que finalizaron grandes conflictos bélicos. El último de ellos se hizo en 1991. Entonces, el presidente George Bush decidió celebrar el final de la Guerra del Golfo con un gran evento en Washington.

La situación actual, sin embargo, no parece tener nada que ver con estos escenarios. Y ello es lo que ha despertado algunas de las críticas más duras a la iniciativa.

El objetivo de estos grandes desfiles en Estados Unidos ha sido siempre, casi sin excepción, el de conmemorar y agradecer el esfuerzo de las tropas tras una guerra que acaba de terminar»,  dijo el director ejecutivo del Instituto de Historia Internacional de la Universidad de Boston, Cathal Nolan. «Pero no estamos en esas circunstancias. Hay guerras y conflictos significativos en numerosos lugares. No es momento en que se tenga que celebrar una victoria«, destacó.

El secretario de Defensa, Jim Mattis, expresó que el Pentágono estaba perfilando una serie de planes potenciales para el desfile y que serían enviados a la Casa Blanca para su aprobación. En declaraciones a la prensa, Mattis dijo que el objetivo de Trump con este proyecto es el de «demostrar su afecto y respeto por los militares».

Pero el profesor Nolan, experto en historia militar, considera que la celebración de estos grandes desfiles en el mundo suele tener dos objetivos claros. «Lo vemos en países que intentan intimidar a otros mostrando su fortaleza militar, o bien que intentan impresionar a su propia población nacional», opinó.

Para el asesor principal del programa de seguridad internacional del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, Mark Cancian, el objetivo del plan de Trump es el de mostrar al mundo -y especialmente a sus enemigos- la fortaleza del ejército de los EEUU.

Y si tal y como dijo Mattis la idea es mostrar su apoyo a los militares, Cancian opina que «desde luego un desfile no es la mejor manera».

El profesor Nolan coincide en que intentar respaldar públicamente al ejército mediante «un desfile en el que el presidente estará en un escenario como la persona más destacada y adoptando un rol de victoria» no es apropiado. «Es alguien que no ha visitado muchas tropas estadounidenses en grandes conflictos en el extranjero. Tras un año de gobierno, no ha estado en Irak, no ha estado en Afganistán… y eso es realmente vergonzoso», criticó.

Otra de las grandes preguntas es cómo podría ser interpretada esta iniciativa de Trump en el exterior, especialmente entre países no aliados de Estados Unidos como Corea del Norte que, precisamente, celebrará su gran desfile este jueves. «No sé qué armamento se incluiría en el desfile, pero si por ejemplo hubiera mísiles balísticos y yo fuera norcoreano, lo vería claramente como una señal de amenaza», dijo Nolan.

Está logrando tanta atención porque sería el primero de su estilo, pero no es más que un desfile», opinó Cancian. Sin embargo, Nolan cree que algunos países críticos de Washington  confirmarán su visión de que Estados Unidos es «una sociedad y un imperio militarizados».

Por el otro lado, considera que los aliados podrían sentirse «decepcionados» ante la idea de que Estados Unidos esté desviando la atención a otros asuntos mientras no resuelve los problemas reales.

La alcaldía de Washington ya mostró su absoluto desacuerdo con la idea de acoger este desfile, incluso aunque el gobierno federal corra con todos los gastos. Sin embargo, las autoridades municipales de la ciudad tienen poco poder de oponerse al evento si, finalmente, el Pentágono y las fuerzas federales deciden llevarlo a cabo.

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