El muro de Trump podría ser ‘una trampa mortal’ para ecosistemas que comparten México y EE.UU.

Activistas medioambientales advierten de los riesgos medioambientales que comportaría la obra fronteriza. Trump quiere sufragar con la instalación de paneles solares, pero los ecologistas creen que su interés es meramente económico.

Un grave daño al medio ambiente. Es otra de las consecuencias que tendrá, advierten los expertos, el muro que Trump quiere levantar entre las fronteras de EE.UU. y México. Hace solo unos días el mandatario estadounidense presentó la idea de utilizar «hermosas estructuras» con paneles solares con objeto de cubrir los gastos de construcción. Sin embargo, los activistas denuncian que no se trata de una iniciativa en defensa del entorno, sino que busca un rédito meramente económico. Ambientalistas de ambos lados de la frontera advierten en entrevista a RT sobre el impacto que esta construcción puede causar sobre los ecosistemas de ambas naciones.

En algo más de 3.000 kilómetros de frontera que EE.UU. y México comparten existen ecosistemas muy ricos que podrían verse afectados por la magnitud de la obra. Por ejemplo, por el bloqueo que se produciría al tránsito animal. Una flora y una fauna muy diversa vive en un espacio biológico conjunto.

Impacto medioambiental a ambos lados de la frontera

Según Regina Romero, del Centro de Diversidad Biológica –con base en la ciudad de Tucson, Arizona–, «en el desierto de Sonora existen muchas especies silvestres que solo se presentan en esta área» y que migran a ambos lados del desierto.

«Es un solo desierto a ambos lados de la frontera. Aquí hay vías migratorias que existen por miles de años, no solo de seres humanos sino de animales como el jaguar, el ocelote o el lobo mexicano que están a punto de extinguirse y con los que un muro como este puede acabar», agrega Romero.

Un solo espacio natural

Como recuerda Magdalena Cerda Vaez, directora de la Campaña Fronteriza por la Justicia Ambiental, «ambientalmente todo esto es una sola cuenca de aire y una sola cuenca de agua. La vida silvestre vive en las dos áreas, son corredores ecológicos. Las mismas especies de patos y venado transitan esta zona».

El agua de ríos y acuíferos también es compartida por México y EE.UU., una realidad que el muro podría cambiar. «Si hay un muro debería haber una enorme puerta para el paso del agua o cambiar el tratado que tenemos de uso de agua en esta frontera, que es el Tratado de Guadalupe Hidalgo, donde se negoció el trato del agua del río Colorado. Este [río] baña tanto el Valle de Mexicali como surte a la ciudad de Tijuana. También otros arroyos secundarios como el arroyo Alamar, que viene de la presa Barret de San Diego y pasa por el río Tijuana», agrega Vaez.

Según recuerda Romero, «el Gobierno federal lleva más de 16 años sin hacer estudios ambientales sobre el impacto del muro fronterizo».

Por otra parte, algunos especialistas aseguran que la idea de Trump es inviable por la dificultad de instalar paneles solares en el muro, recoge un análisis publicado por ‘Financial Times’.

Fuente: RT

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