El pueblo de Nicaragua decidirá en 2021, a través de los votos, quién asumirá el gobierno de la nación, de acuerdo a los plazos establecidos en la Constitución Política y a la Ley Electoral vigente hoy en la República.
Así lo aseguró el presidente Daniel Ortega, con lo cual descartó el adelanto de los comicios generales como propusieron grupos opositores, señalados de azuzar y financiar a elementos violentos como parte de un plan para derrocar al gobierno.
En una entrevista concedida al canal estadounidense Fox News, Ortega consideró que modificar el calendario electoral sería objeto de inestabilidad e inseguridad, dada las condiciones actuales por las que atraviesa el país, sumergido en una crisis sociopolítica desde el pasado 18 de abril.
El mandatario aclaró que en ningún momento su gobierno manifestó la posibilidad de adelantar elecciones, un tema que la oposición trató de sobreponer por encima de otras urgencias en el marco de un diálogo nacional establecido para devolver la paz al país.
Incluso la Conferencia Episcopal -mediadora y testigo de las conversaciones- llegó a proponer directamente al presidente adelantar los comicios generales para el 29 de marzo del próximo año y, eliminar la figura de la reelección en la Constitución, entre otras demandas.
Desde entonces tal posición política develó las verdaderas intenciones de la jerarquía católica, restando credibilidad y confianza a su desempeño como mediadora, al tratar de imponer una agenda dirigida a desmontar los poderes y las instituciones del Estado.
En ese sentido, Ortega manifestó recientemente que los obispos nicaragüenses no acaban de entender que una mediación es para sentar a los dos partes y escucharlas, y no tomar partido ni imponer plazos poco realistas, cuando es evidente una agenda y estrategia golpista en contra del gobierno.
Asimismo, el presidente enfatizó en dicha entrevista que no existe ninguna persecución contra la iglesia por parte del Estado, como pretenden hacer creer algunos obispos y ciertos grupos de la oposición, secundado por determinados medios de comunicación locales e internacionales.
La persecución no es contra la iglesia católica, más bien invitamos a los obispos a que ellos fueran parte del diálogo, para de forma abierta, encontrar soluciones, reiteró. ‘Aquí no hay un solo sacerdote que diga que ha sido agredido por el gobierno’, acotó.
Por otro lado, en la citada entrevista con Fox News, el mandatario indicó que si bien Nicaragua es un país pequeño, este merece respeto de parte de Estados Unidos, cuyo gobierno ha promovido y ejecutado acciones para desestabilizar a la nación centroamericana, acorde con revelaciones y denuncias.
Ortega recordó que ello ha sido una práctica de Washington a lo largo de la historia, y no es nada nuevo que el Congreso estadounidense aborde temas relacionados con Nicaragua y trate de imponer sanciones unilaterales. ‘Ha sido dolorosa la historia del Congreso con Nicaragua’, puntualizó.
Al abordar la situación actual que vive el país, el líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) resaltó que en la última semana los disturbios han cesado, tras tres meses de violencia ejecutada por grupos criminales y terroristas. ‘Ya tenemos como una semana que han cesado los disturbios, lo que hay es una normalización del país. Y luego algunas actividades de manifestaciones tanto en contra y a favor del gobierno’, expresó.
El presidente recordó que la crisis se generó a partir de la aprobación de reformas al seguro social, más tarde derogadas, pero frente a las cuales las reacciones fueron extremadamente violentas.
Hubo ataques armados de paramilitares contra instituciones del Estado, la Policía y las familias identificadas como sandinistas y luego se bloquearon vías y carretas, convirtiendo esos tranques en puntos de secuestros y torturas, denunció.
Para el jefe de Estado los responsables de esa violencia terrorista son algunas fuerzas políticas que están presentes en la Asamblea Nacional y otras que se niegan a participar en los procesos electorales, en alusión al escaso respaldo popular con que cuentan.
En tanto, los obispos de la Conferencia Episcopal meditan si continúan o no como mediadores y testigos en el diálogo nacional.
Este lunes la jerarquía católica sostuvo una reunión con ese fin, pero aún se desconoce el resultado de la misma, por lo que no se descartan nuevos encuentros en el transcurso de la semana, mientras la ciudadanía poco a poco retoma su cotidianidad y disminuye la percepción de inseguridad en el país.