El verdadero rostro de Jesús

¿Cómo lucía realmente Jesús? Es una pregunta sempiterna, a la que estudiosos y científicos aún intentan dar respuesta.

 

La imaginación ha suplido la ausencia de dibujos o retratos de la época, ADN y evidencia corporal, con nuestra propia imagen de Jesucristo.

En el continente americano suele representarse más alto que sus discípulos, delgado, con pelo castaño claro, piel blanca y ojos claros. Pero los académicos dicen que esa imagen, tan popular en los hogares, es poco probable, pues habría sido un hombre muy diferente de todos los demás en la región y la época en que Jesús vivió.

Ahora, con ayuda de la antropología forense, una disciplina novedosa que combina datos culturales y arqueológicos, así como las ciencias físicas y biológicas para estudiar diferentes grupos de personas, los expertos han diseñado una imagen de Jesús que se considera la más acertada creada hasta el día de hoy.

Aunque la antropología forense se utiliza generalmente para resolver crímenes, Richard Neave, un artista médico jubilado de la Universidad de Manchester en Inglaterra, se dio cuenta de que también podría ayudar a dibujar el rostro de Jesús.

En las últimas dos décadas, Neave ha reconstruido decenas de rostros famosos, como el de Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro Magno, y el del rey Midas de Frigia.

Como primer paso en el proceso de reconstruir el rostro de Jesús, Neave y su equipo, integrado además por arqueólogos israelíes, adquirieron cráneos cerca de Jerusalén, la región donde Jesús vivió y predicó, explica la publicación Popular Mechanics.

Con tres ejemplares bien conservados de la época de Jesús, Neave usó la tomografía computarizada para crear “cortes” de rayos X de los cráneos, mostrando detalles reveladores sobre la estructura de cada uno.

Luego, usando programas informáticos especiales, se evaluó la información sobre las medidas conocidas del espesor de los tejidos blandos en áreas clave en los rostros humanos. Esto hizo posible volver a crear los músculos y la piel que cubren un cráneo semita típico.

El proceso se realizó utilizando un software que verificó los resultados con los datos antropológicos. A partir de estos datos, los investigadores hicieron una reconstrucción digital en 3D de la cara. 

A continuación, se creó un molde del cráneo buscando que las capas de arcilla coincidieran con el espesor de los tejidos faciales especificados por el programa, junto con la piel simulada. La nariz, los labios y los párpados fueron modelados siguiendo la forma determinada por los músculos subyacentes.

El análisis no puede revelar el color de los ojos de Jesús ni de su cabello, pero la hipótesis es que Jesús tenía ojos oscuros, cabello corto y probablemente tenía barba, de acuerdo con las tradiciones judías de su época.

Al analizar los restos óseos de los hombres semitas de la época de Jesús, los estudiosos sugieren que probablemente era de baja estatura, tenía alrededor de 5 pies 1 pulgada de altura (1,5 metros) y pesaba alrededor de 110 libras (50 kg).

También creen que fue más bronceado y musculoso de lo que tradicionalmente se representa en el arte occidental, porque habría trabajado como carpintero hasta los 30 años.

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