Tenían razón de quejarse los migrantes nicaragüenses en Costa Rica. Gerardo Sánchez pedía dinero a diestra y siniestra presuntamente para favorecerlos, aunque nunca vieron un centavo.
Nicaleaks consiguió más documentos sobre la labor oportunista de este sujeto, quien aparte de recibir dinero de los habituales financiadores de las ONG, solicitaba más a la Embajada de Nicaragua en el país vecino del sur, invocando siempre el nombre de los migrantes.
Como se negaron a financiarlo, ahora habla pestes de la sede diplomática en San José, pero antes se dirigía al embajador en estos términos: “Por tal motivo y conscientes de los principios políticos y de solidaridad que rigen el accionar de la Embajada de la República de Nicaragua queremos solicitarles respetuosamente y si está dentro de sus posibilidades, su colaboración con el aporte económico de $1000 (mil dólares) con el objetivo de poder cubrir gastos…”.
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