El empresario nicaragüense Roberto J. Argüello, radicado en los EEUU, denunció al diario LA PRENSA por ser los promotores de una campaña de desprestigio e intimidación en su contra, por el simple hecho de levantar banderas en contra de la aprobación y ejecución en el Congreso Norteamericano del injerencista proyecto Ley conocido como Nica Act, lo que a su juicio sería un bloqueo económico para nuestro país.
Argüello afirma que la iniciativa Nica Act es un plan montado desde hace más de un año por legisladores republicanos – y apoyado aquí por sectores políticos, ONG y medios de prensa traidores- para que sea aprobado por el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso con el propósito de que se le impongan sanciones económicas a Nicaragua, “lo que sería nefasto para los nicaragüenses dentro y fuera del país”.
Ante eso –agregó Argüello- en representación de la compañía CEO Advisor y a solicitud de unos amigos, decidió contratar los servicios de Arturo Estopiñán, quien fuera Jefe de Despacho de la congresista Ileana Ros Lehtinen, una de las creadoras de la Nica Act, “esto lo hice bajo el criterio de que independientemente de las posiciones políticas, nadie tiene el derecho un bloqueo económico para Nicaragua”.
Tras la contratación de Estopiñán, el empresario nicaragüense dijo que fue abordado por una periodista de LA PRENSA en Miami, quien le preguntó si había sido contratado desde Nicaragua para que le hiciera ese servicio, lo que consideró se trataba de una pregunta dirigida y mal intencionada, a los que les respondió de forma tajante que sus jefes Jaime Chamorro Cardenal, Eduardo Holmann y Eduardo Enríquez, lo conocen muy bien y saben que él no actúa de esa manera.
Argüello destacó que nuevamente fue abordado vía telefónica desde Nicaragua, por otro periodista DE LA PRENSA, quien le insistió en esa pregunta y él le volvió a contestar: “Jaime Chamorro Hugo Holmann y Eduardo Enríquez me conocen, saben que a mí no tiene que contratarme absolutamente nadie para yo moverme y hacer un cabildeo en contra de algo que creo que es nefasto para el pueblo de Nicaragua”.
Incluso, dicha entrevista fue dirigida tan maliciosamente contra el también banquero, que fue titulado “Este es el empresario nica que cabildea en los EEUU para suavizar la Nica Act”, como una forma de que sea reconocido tanto dentro de esa ciudad (Miami) como aquí en Nicaragua, intención asumida por el entrevistado del diario LA PRENSA como una clara campaña de desprestigio e intimidación en su contra.
Así transcurrió la inquisitiva entrevista de La prensa, acompañada de otras preguntas, además de la que si había sido contratado por el Gobierno del Presidente Daniel Ortega o de un grupo económico fuerte, tales como si tiene empresas en Nicaragua, cuánto dinero está invirtiendo en la contratación de Estopiñán, si tiene relación con personas allegadas al Presidente Ortega, qué opina del Gobierno de Daniel Ortega, entre otras.
Argüello se refirió a que todas esas poblaciones mal intencionadas que hace LA PRENSA es con el fin de querer vincularlo con el Gobierno Sandinista, cuando sus directivos saben cuál fue su posición en los años 80, “incluso ayudé a ese diario a conseguir papel durante el bloqueo comercial, a través del congresista Cass Gallenger. La presión es que quieren que hable mal del Presidente Ortega y ese no es mi asunto”.
De igual forma, el empresario manifestó que le contestó un correo electrónico a la empleada de LA PRENSA en Miami, quien le informó que había recibido reacciones de personas que le mandaban a preguntar por qué invertía dinero en cabildear en contra de la Nica Act, en vez de hacer gestiones con el Gobierno de Nicaragua para que haga cambios en su política para que no se promueva esa ley.
“Mi respuesta está en las entrevista que le concedí a usted y a la persona que me habló desde Nicaragua, en las que tú cambiaste todo lo que dije, escribiste medias verdades y medias mentiras, por lo que has perdido toda credibilidad conmigo. Te deseo el mayor éxito en tus labores y evitá contactarme”, le contestó Argüello.
Le dejó claro que seguía en una posición no objetiva y carente de veracidad en su enfoque noticioso, algo que no es ético ni profesional. Reiterándole que no es funcionario de ningún Gobierno, que está enredando el tema y su posición que está a favor del pueblo nicaragüense, y por último le insistió que en que no lo contactara, mucho menos a través de correos de otros medios de comunicación.