Las difamaciones, la prepotencia injerencista y la falta de respeto a nuestro país y sus leyes por parte del agente de la CIA, Carlos Ponce, quedaron evidenciadas luego que este promotor de farsas se retractara de las acusaciones en contra del presidente de la Cámara de Energía de Nicaragua (CEN) y vicepresidente del Cosep, César Zamora, a quien en su servilismo hacia EEUU amenazó con sanciones por ser empresarios que tratan con el Gobierno nicaragüense.
El también director de la dependencia de la CIA conocida como Freedom House, en una actitud soberbia e intervencionista se ufanó de que el Presidente y el Congreso de EEUU aplicarían a Zamora y otros nicaragüenses la Ley Magnitsky, normativa que impone una serie de prohibiciones como la cancelación de visas, además de congelar activos y pasivos de las personas que apoyen al Gobierno de Nicaragua y cuyos bienes están en jurisdicción de ese país.
Los ciudadanos nicaragüenses que fueron motivo de las difamaciones de Ponce a través del programa “Jaime Arrellano en la nación” fueron, además del Vicepresidente del Cosep y Presidente de CEN, César Zamora, el presidente del CSE, Roberto Rivas; la Jefa de la Policía Nacional, Aminta Granera; el magistrado de la CSJ, Francisco Rosales; el Presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras y Francisco López.
En su “rasgadura de vestimenta”, en el caso específico de César Zamora, el director de Freedom House dijo que erró: “Me arrepiento de haberlo mencionado porque no es funcionario público. En ese caso en particular me dieron una información equivocada. Creo fue un error haberlo mencionado. Recibí una información errónea y al verificarla me dispuse de inmediato a rectificarla”.
Cabe señalar algo muy curioso y es que quienes se dan a la tarea de enviar información a ese tipo de “instituciones” son grupos políticos y ONG opositores radicados en el país, como CINCO, CENIDH, CPDH, entre otros. Son los mismos que se dedican a denigrar en sus medios de comunicación aliados, como La Prensa y Confidencial a estos funcionarios e incluso no esconden su malestar en contra del empresario Zamora.
En tanto y como tratando de justificar su abusivo comportamiento, el agente de la CIA Carlos Ponce expresó de forma cínica: “lo que no se quiere con esta ley es sancionar al principio a todo el mundo, lo que se pretende es que genere un cambio de actitud de las personas que están dentro del Estado y del sector privado que contribuyen a la crisis de democracia y de violaciones de derechos humanos en Nicaragua”.
Por su parte, el empresario César Zamora, actual Presidente de la Cámara de Energía de Nicaragua, ya entabló una demanda en los EEUU en contra de Ponce y Freedom House por difamación, al tiempo que subrayó en una entrevista que es ciudadano de EEUU y que “estará difícil que me quiten la visa. Estoy informando de todo a mis superiores, porque yo trabajo para una compañía extranjera”.
Agregó el Presidente de la Cámara de la Energía de Nicaragua: “Yo soy gerente país de esta empresa, por eso no puedo hacer muchos comentarios, nada más que vamos a llevar esto por todos los trámites, porque la acusación es seria, preocupante y esperemos que encontremos la verdad´, en lo personal yo quiero que el Director de Freedom House, Carlos Ponce, publique o haga oficialmente responsables a quienes le dieron ese listado”.
Sobre la aparición del famoso listado, Zamora expresó: “habrá que preguntarle a Carlos Ponce y a la gente de Freedom House, ellos son los que sacaron la lista. No puedo hacer muchos comentarios. Ahorita estoy en manos de mi compañía. Si alguien me quiere quitar la visa, me va a tener que quitar primero la nacionalidad y vamos a ver”, subrayó Zamora.
En tanto, la embajadora de EEUU en Nicaragua, Laura Dogu, al ser abordada sobre el tema apuntó que la Ley Magnitsky es nueva y negó de forma categórica que tuviesen algún tipo de relación directa en este caso con el organismo Freedom House.
“No estamos trabajando directamente con Freedom House. La Ley Magnitsky Act es de aprobación reciente, estamos en el proceso, en el inicio, vamos a ver qué pasa en el futuro, no es claro”, señaló la diplomática, en la que serían las primeras declaraciones suyas en torno a la polémica desatada tras las amenazas arbitrarias del director de Freedom House Carlos Ponce, en contra de un grupo de nicaragüenses.