El anuncio se hace en medio de los festejos en un auditorio lleno que estalla con la noticia.
“A esta alegría del festejo por los 40 años yo quiero darles otra alegría: hoy encontramos otro nieto”. No fue necesario que Estela de Carlotto termine la frase para que el auditorio más grande del Centro Cultural Kirchner, en Buenos Aires, estallara en gritos y aplausos. Como si se tratara de un gol de Messi. El anuncio de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo no pudo tener mejor marco, con un escenario festivo, desbordado por otros nietos recuperados y, sus hijos, los bisnietos, bailando y saltando. Fue el broche de oro a una noche por demás emotiva, en la que se celebraron los 40 años de la organización que introdujo en Argentina la comprobación genética de la identidad.
“Estos nietos son nuestros premios. Ellos nos acompañan”, agradeció Carlotto ante la atenta mirada de sus compañeras, algunas de la organización Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, hijos y nietos de desaparecidos y algunos cargos y personas relacionadas con el Gobierno argentino, como el secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Santiago Cantón.
La joven hallada es hija de Lucia Rosalinda Victoria Tartaglia, secuestrada el 27 de noviembre de 1977 en la ciudad de La Plata durante la última dictadura cívico militar. Lucía nació el 6 de junio de 1953 en Santa Rosa, provincia de La Pampa. Su familia le llamaba La flaca y tenía 24 años cuando desapareció. Estudiaba derecho y militaba en el peronismo. Estuvo secuestrada en los centros clandestinos de detención conocidos como Club Atlético, El Banco y el Olimpo. Su alumbramiento fue en el hospital militar. Su cautiverio y las torturas que sufrió fueron juzgadas en la causa que investigó al circuito represivo ABO (por los nombres de los sitios de reclusión) que tuvo 352 víctimas y por el que fueron condenados 14 represores en 2011. El cuerpo de Lucía nunca apareció.
Sus familiares recibieron una carta firmada de su puño y letra un año después del secuestro. Les anunciaba que estaba embarazada de siete meses y que sería trasladada para dar a luz. El padre de la criatura habría sido Horacio Cid de La Paz, otro detenido desaparecido que permaneció junto a ella y posteriormente fue liberado. Una calle de Santa Rosa lleva el nombre de Lucía Tartaglia.
La joven hallada se acercó a Abuelas por tener dudas sobre su identidad. Luego, accedió de forma voluntaria a los exámenes de ADN. Este miércoles, el banco nacional de datos genéticos informó al juzgado de su verdadera identidad. Ella se enteró pocas horas después, en el amanecer del jueves. “No es nada fácil para la joven que ingresa en su verdad; es difícil pero no imposible”, manifestó Carlotto, y reconoció: “Para nosotros es una gran noticia en este momento, con un Gobierno que nos llamó un curro”, en referencia a lo expresado por el presidente Mauricio Macri en diciembre de 2014, cuando dijo que “conmigo se acaban los curros en derechos humanos”. “Los países del mundo que nos ayudaron siempre, siguen ayudándonos, acompañándonos, entendiéndonos”, manifestó Carlotto.
“Se celebran 40 años de amor, de esperanza y de coraje y creo que fue la mejor fiesta posible terminando de esta manera, con la aparición de un nieto más. Muestra la importancia que han tenido las Abuelas para las familias, para las víctimas, pero también para toda la sociedad argentina”, opinó Cantón a EL PAÍS. “Tuve la oportunidad de trabajar muchos años en el extranjero y las Abuelas son un símbolo muy lindo, muy positivo de Argentina, por eso es importante valorarlo y tenerlo muy presente”, agregó.