Los trabajadores y residentes de la zona, al noreste de Houston, fueron evacuados el martes.
El agua es el peor enemigo de los complejos químicos que operan en la zona industrial castigada por el huracán Harvey, ahora degradado a tormenta tropical. Cuando se combina con la pérdida del suministro eléctrico, la combinación puede ser fatal. La situación era crítica en la planta de la francesa Arkema desde hace días, donde producen un compuesto que necesitaba estar refrigerado a una temperatura estable por debajo de los cero grados centígrados para evitar su descomposición y una reacción en cadena. La madrugada de este jueves se registraron las primeras explosiones.
El complejo de la multinacional en la localidad de Crosby (Texas), situada a medio centenar de kilómetros al noreste de Houston, tuvo que ser desalojado el martes así como los residentes que viven cerca. Los directivos a cargo de las operaciones tiraron definitiva la toalla ayer por la tarde y advirtieron a la población que la explosión sucedería en horas, como mucho en seis días. El centro de emergencia del condado de Harris notificó las dos primeras explosiones a las dos de la mañana. El humo negro podía verse desde la distancia.
Tanto la compañía como las autoridades públicas consideraron que lo mejor era dejar que los contenedores del material se incendiara, porque el compuesto químico que produce, el peróxido orgánico, es muy inflamable y el riesgo era mayor si se trataba de intervenir. Los generadores auxiliares que tenían disponibles en la planta eran insuficientes para mantener el agente químico en la temperatura ideal y la zona está completamente anegada. Incluso si llegaba la electricidad, sería demasiado tarde.
El producto está almacenado en varios puntos de la fábrica, por lo que es posible que se produzcan más explosiones. Las autoridades urgieron al público que se mantengan al margen de la zona de evacuación. La oficina de sheriff del condado de Harris informa en su cuenta en Twitter que uno de los oficiales tuvo que ser hospitalizado tras inhalar los humos y otras nueve personas lo hicieron por precaución aunque aseguran que no es tóxico.
Las autoridades trataron de rebajar esta mañana la gravedad de la situación. Explicaron que el compuesto químico está almacenado en nueve contenedores diferentes. Tres de ellos se quedaron sin gasolina para alimentar los generadores. La presión en el interior de los tanques creció conforme se elevó la temperatura, provocando después el fuego. “Era lo que esperábamos que sucediera”, afirman. La acciones de Arkema caen un 2,5% en París.
La zona de evacuación tiene un perímetro de 2,4 kilómetros de radio alrededor del complejo de Arkema, que contaba con medio centenar de empleados. El agente químico se utiliza en la producción de resinas plásticas, poliéster y pinturas. El canal de Houston y los alrededores representan el 40% de la producción petroquímica de Estados Unidos. Las grandes refinerías llevan días con las operaciones suspendidas.
El reto es mayor para la industria. Hay 13 refinerías paralizadas en el golfo de México y otras tantas redujeron el ritmo de producción. Los analistas de S&P Global calcula que una quinta parte de la producción de combustibles está fuera de servicio y llevará varios días que retomen las operaciones. El cuello de botella en la zona de Houston se complica con el cierre de los puertos y de algunos oleoductos.