EXPRESIDENTE DE EL SALVADOR DENUNCIA PERSECUCIÓN

El exmandatario salvadoreño Mauricio Funes expresó que la derecha utiliza las instituciones del Estado para provocar su muerte civil.

 

El expresidente salvadoreño Mauricio Funes aseguró este jueves que buscó asilo en Nicaragua porque «grupos de poder económico» de su país no le perdonan haber denunciado la corrupción en anteriores gobiernos de derecha y buscan su «muerte civil» y hasta su «exterminio físico».

«¿Qué estoy enfrentando en estos momentos? Un proceso judicial revestido porque en el fondo es un proceso de persecución política, donde la derecha está utilizando las instituciones del Estado para provocar mi muerte civil y, de ser posible, mi exterminio físico», aseguró Funes en una entrevista con el canal 4 de Nicaragua y retransmitida por medios salvadoreños.

Managua concedió esta semana asilo político a Funes (2009-2014), quien enfrenta en El Salvador acusaciones por presunto enriquecimiento ilícito.

‘Estando en El Salvador, y ahora que iba y venía acá a Managua, recibí información de personas muy cercanas a poderosos grupos económicos del país donde me mandaban a decir que no iban a cejar esfuerzos, no iban a detenerse en verme en la cárcel y de ser posible en verme muerto’, abundó.

El político y periodista que llegó al poder por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) aseguró que la oligarquía pretende conducirlo a una muerte política y civil, mediante una persecución que amenaza su integridad física y la de su familia.

El exmandatario recordó que con su victoria electoral en 2009 se marcó un punto de inflexión en El Salvador, que rompió con una tradición corporativista del quehacer político ejercido desde el gobierno.

‘Una concepción que durante 20 años ponía el gobierno, el aparato público, al servicio de los intereses de los más importantes grupos empresariales, de los grupos económicos, en detrimento de las grandes mayorías de la población’, expresó.

Frente a ello Funes sostuvo que durante su gestión se logró reducir considerablemente la pobreza en el país y la desigualdad social, ante lo cual los grupos de poder económico que estaban acostumbrados a utilizar los resortes del Estado para beneficio propio perdieron sus privilegios.

‘Vivían de los negocios del Estado. Yo no les permití hacer negocios del Estado, por lo menos no negocios ilícitos. Si participaban en una licitación y la ganaban pues en hora buena. Pero no pudieron seguir ejerciendo más negocios con el Estado ni los privilegios que tenían en el pasado’, puntualizó.

Por otra parte, explicó que su gobierno se caracterizó por un ejercicio más transparente del quehacer gubernamental. De hecho -dijo- investigamos 152 casos de corrupción de gobiernos anteriores, que los presentamos a conocimiento del Ministerio Público.

“Nunca en El Salvador un miembro de una familia pudiente, poderosa, había pisado un tribunal de justicia, esta era la primera vez que lo hacía”, apuntó, y añadió que eso nunca se lo perdonaron, aunque al final fueron sobreseídos algunos casos porque amañaron la investigación de la Fiscalía, compraron a los jueces, pero el hecho es que se exhibieron públicamente como presuntos responsables de un acto evidente de corrupción.

Opinó que, quizás, la investigación más importante que promovió desde la Presidencia fue contra el exmandatario Francisco Flores que gobernó de 1999 al 2004, ya fallecido, y muy apreciado por la oligarquía salvadoreña, a la cual habría hecho “muchos favores”.

Expuso que en esa persecución, a finales del año pasado, la sección de probidad de la Corte Suprema de Justicia inició una investigación por enriquecimiento ilícito en contra de algunos funcionarios, incluyéndome a mí.

“Me irrespetaron mi derecho de audiencia y de defensa, la investigación fue totalmente arbitraria, me acumularon ingresos que yo había tenido antes de ser presidente y después y que, por lo tanto, de acuerdo a la ley y la Constitución no deberían de ser auditados y me mandaron a un juicio civil, a una Cámara de lo Civil, que es el (proceso) que actualmente enfrento”, explicó.

“Ellos no están dispuestos a perdonarme el hecho que yo les haya quitado el poder que tenían sobre el Ejecutivo y que haya exhibido importantes casos de corrupción donde aparecían vinculados algunos connotados hombres de negocios, vinculados a importantes familias empresariales de El Salvador”, insistió.

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