Fallo de la CIJ y traidores al descubierto

Aunque nuestros “grandes medios” de prensa se solacen con el “histórico” fallo de la CIJ en contra de Nicaragua, lo cierto es que se trató de una victoria sin gran trascendencia: 2.5 km de humedales repletos de mosquitos que les fueron asignados a Costa Rica, lo que tenemos que aceptar como país civilizado.

 

¿Era el pedazo de tierra de Nicaragua, a como adujeron nuestras autoridades? Eso ya es historia, y si estábamos equivocados, no perdimos nada, pero no podíamos dejar de pelear ante la duda territorial, cualquier otro lo hubiera hecho.

Lo interesante ahora es ver caer las ropas de los falsos nacionalismos que estuvieron agazapados rogando para que la Corte Internacional votara en contra de Nicaragua, solo por el hecho de que el presidente es el comandante Daniel Ortega.

“El que perdió fue Ortega”, señalan ahora, y sobran en las filas de la derecha los que reclaman la “pérdida” del territorio en disputa. Si los jueces consideraron que Isla Calero era de Costa Rica, entonces no perdimos nada y habrá que admitir que estábamos equivocados a como ya lo hizo el gobierno al reconocer el fallo.

No todo fue negativo

Pero aparte de Isla Calero, no todo fue negativo. Sobre la acusación de los ticos de que Nicaragua invadió su territorio, la Corte resolvió que las acciones tomadas por nuestro país, aunque afectaron la soberanía del vecino país no constituyeron una invasión.

En cuanto al dragado del río San Juan, la CIJ reconoció que en el 2006, Nicaragua hizo un estudio sobre el impacto ambiental de esa excavación en dicha fuente de agua, concluyendo que no tuvo un impacto significativo en el río Colorado. Los expertos de ambas partes y la Corte estuvieron de acuerdo en que el programa de dragado no significa riesgo transfronterizo en cuanto al flujo del río Colorado, ni causará daños a los humedales de Costa Rica.

La sentencia de este tribunal de justicia internacional establece que nuestro país no tenía la obligación de realizar estudio de impacto ambiental antes de hacer el dragado, y no hay evidencias de que ese trabajo haya causado cambios en los humedales de la zona fronteriza.

Río Colorado, la trocha

Agrega el fallo que la desviación de las aguas del San Juan que siguen curso en el río Colorado, afectó menos del dos por ciento de las aguas que entran a ese afluente. Costa Rica no sugirió una cifra más alta y su principal experto dijo que no había evidencias de tales daños, “por lo que Nicaragua no debe  pagar o compensar nada a Costa Rica”, subraya el documento de la CIJ.

Por otro lado, la CIJ censuró a Costa Rica por construcción de la carretera 1856 sin haber hechos los estudios ambientales y el impacto en la calidad del río San Juan, indicando que los ticos estaban obligados a efectuar estudios de impacto ambiental. “Le toca a Costa Rica y no a Nicaragua, país que debería evaluar el riesgo transfronterizo”.

Costa Rica quiso defenderse y expuso que la carretera es de poca amplitud y que solo en algunos tramos presentaba problemas, porque era un camino que ya existía. Sin embargo, el tribunal señaló que la obra vial contiene riesgos importantes para el río San Juan.

En ese sentido, la Corte se pronunció comprobando que la mitad del tramo que recorre el camino pasa a pocos metros de la ribera, y hay ciertos tramos en donde el camino se acerca a menos de cinco metros del río San Juan. Además, los jueces demostraron que la vía pasa sobre algunas alturas que aumentan el riesgo de la sedimentación sobre el río.

Concluyen cinco años de disputas

Con estos fallos de la CIJ concluyen cinco años de disputa territorial entre Costa Rica y Nicaragua, cuyas sentencias son vinculantes e inapelables. En la primera reconoce la soberanía costarricense de Isla Portillos o Calero y en la segunda establece que Costa Rica incumplió su obligación de realizar todos los estudios de impacto ambiental de la carretera 1856.

Por su parte, el Gobierno de Nicaragua, a través de un comunicado oficial, asegura que acatará el fallo emitido por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya y abogó por restablecer el diálogo con Costa Rica.

“El Gobierno de Nicaragua reconoce y acata la decisión del Alto Tribunal Internacional, y comenta que encuentra en este fallo el sentido de equilibrio y balance que siempre ha caracterizado las decisiones de la Corte”, indica el comunicado

En la misma comunicación, también se señala que “para Nicaragua es de suma importancia que la CIJ ha reconocido el derecho pleno de nuestro país, para realizar labores de dragado en nuestro río San Juan”.

 “También reconoció que el gobierno de Costa Rica trazó y desarrolló una carretera paralela al río, violando su obligación de elaborar previamente un Estudio de Impacto Ambiental, que permia reducir daños a la naturaleza”, añade.

Buscar el diálogo

En ese sentido, el Gobierno nicaragüense señaló que “la Corte mandató a Costa Rica a elaborar planes de Impacto Ambiental, y realizar evaluaciones continuas”. “Otro punto de importancia que recoge la Sentencia es el derecho de nuestro país a reglamentar y regular la navegación en el río San Juan”, apuntan.

En cuanto al territorio en disputa, el Alto Tribunal consideró innecesario realizar inspecciones para determinar cuál era, o es, el Caño al que se refería el Laudo Alexander. Concedió por lo tanto a Costa Rica, la punta de Harbour Head, preservando Nicaragua la laguna de Harbour Head, la Desembocadura del río San Juan, y la Barra de Arena, detalla el escrito.

Finalmente, el Gobierno propuso que “Nicaragua y Costa Rica debemos disponernos a restablecer los mecanismos de diálogo y convivencia, que nos permitan asegurar el respeto, la tranquilidad, y la paz, en la relación que corresponde entre pueblos”.

 

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