La Comisión de Ética del ente rector del fútbol afirmó que el dirigente triniteño Jack Warner es «culpable de diferentes actos reprobables (cometidos) de manera continua y repetida», y de haber «propuesto o aceptado pagos ilegales» a terceros durante el período en que ocupó cargos jerárquicos dentro de la FIFA y la Concacaf.
Por estas razones Warner fue suspendido de por vida a ejercer cualquier cargo vinculado al fútbol, mientras sigue vigente en su contra una petición de extradición por parte de Estados Unidos, país donde se investiga el escándalo de corrupción por sobornos que sacudió a la Federación Internacional de Fútbol Asociado.
La decisión que entró en vigor el 25 de septiembre fue tomada «a raíz de la investigación de la cámara de instrucción de la Comisión de Ética, concerniente a las condiciones de adjudicación del Mundial-2018 a Rusia y 2022 a Catar», según informó la FIFA en un comunicado.
Entre las comprobaciones se determinó que Warner fue pieza esencial en las tramas de ofrecimiento, aceptación y recepción de sumas ilegales no declaradas, así como en otros delitos económicos. Warner es el segundo exresponsable de la FIFA en ser suspendido de por vida, después del estadounidense Chuck Blazer, «topo» del FB