Ahora resulta que el llamado grupo Hagamos Democracia es un experto en transparencia y temas relacionados con procesos electorales, puesto que se atreve a verter con lujo de autoridad, opiniones sobre supuestas anomalías en las que incurre el Consejo Supremo Electoral (CSE), sin acordarse del desastre de “primarias” que manejó a discreción de sus directivos.
Este grupo de la “sociedad civil” montó un circo al que llamó “elecciones primarias”, para, según ellos, unificar a la oposición y escoger un “verdadero” candidato a la Presidencia de la República. El origen del financiamiento de más de 100 mil dólares jamás fue revelado, además que nunca se tuvieron noticias del tan promocionado “proceso primario”, mecho menos de sus resultados.
El proyecto de estos ahora “expertos” en transparencia y temas electorales, ni siquiera fue tomado en cuenta por los partidos “serios” de oposición, los que les cuestionaban el financiamiento y precisamente la transparencia de esas “primarias”, que dejó mucho que desear, puesto que se conoció en algunos medios de comunicación sobre numerosas quejas de fraude en el proceso.
Los directivos de Hagamos Democracia vienen ahora a hablar de observación electoral para garantizar que el voto de los electores sea respetado, cuando en su payasada de primarias ni siquiera contaron con la garantía mínima de lo que supone una actividad de tal envergadura, tan es así que todos sus grupos aliados de observación rechazaron la invitación por la falta de seriedad.
En esa ocasión el organismo Ética y Transparencia se refirió a que “para nada se trataba de primarias generales de todos los partidos, mucho menos se trata de un esfuerzo de la oposición de encontrar candidatos”. En tanto que la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos decía que no participaban en vista de que no se trataba de algo oficial, sino de algo meramente oficioso.
Incluso, en el remedo de primarias montadas por Hagamos Democracia hubo descalificaciones y exclusiones, como el protagonizado entre los promotores de este “proyecto” y la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), que acusaba a los primeros de mal manejo técnico y económico, así como los culpaban de la indiferencia mostrada por los observadores y otros partidos.
Estos ejemplos y otros más fueron el escenario de una pantomima a la que el grupo Hagamos Democracia promovió con “bombos y platillos” y que llamó elecciones primarias, con el presunto fin de escoger un candidato presidencial que representara a la oposición en las próximas elecciones, pero que desde su inicio estaba destinada al fracaso, eso sí, les dejó decenas de miles de dólares.
Ahora, queriendo redimirse, vienen levantando banderas de defensores de la transparencia y el proceso electoral, presentando como credenciales todo un “registro de irregularidades”, pero con ello lo único que demuestran son los insignificantes y triviales “proyectos” en los que supuestamente destinan todo el financiamiento que reciben del extranjero.