Fronteras calientes

* La inteligencia político/militar colombiana, formada entre la inteligencia israelita y la CIA, bajo el mando del presidente paramilitar Uribe Vélez, ha intervenido en varios países de América Latina

 

Desde el siglo XIX hasta nuestros días las fronteras de los países que conforman América del Sur y parte del Caribe continental han estado signadas por conflictos, en la mayoría de los casos provocados por apetencias territoriales donde los recursos estratégicos, tanto minerales, económicos y geopolíticos militares están en el meollo del problema.

Esos conflictos han causado pérdidas de vidas humanas y con ello pérdida de territorios por parte de los países perdedores en la mayoría de los casos. Hoy para sumar al análisis de los conflictos fronterizos en Venezuela-Colombia y Venezuela-Guyana, es bueno refrescar esas traumáticas consecuencias para evitar confrontaciones.

Las guerras fronterizas entre intereses y soberanías

Finalizando el siglo XIX es conocido por todos la Guerra entre Bolivia y Perú contra Chile por el control de Antofagasta que tenía acceso al Pacífico y en la cual Bolivia tenía su salida al mar. Esta guerra atroz fue conocida como la Guerra del Guano y del Salitre. Hoy Bolivia, como resultado de ese despojo, reclama a Chile su salida al mar como un asunto de derecho histórico y además como un territorio geopolítico por la salida al océano Pacífico.

Entre 1932 y 1933 se desarrollaría un conflicto fronterizo entre Colombia y Perú por la soberanía del Putumayo en la Amazonia, rica en unos de los productos más codiciado en esos momento… el caucho.

Casi inmediatamente en 1932 estallaría otro conflicto donde se involucraría Bolivia contra Paraguay tratando de apoderarse cada uno de los conflictuados en el Chaco Boreal, de ahí el nombre de LA GUERRA DEL CHACO, que movilizó a cerca de medio millón de hombre armados, tanto terrestres como aéreos. Esta guerra culminó en 1935.

Entre Ecuador y Perú comenzaría una discusión por el tema limítrofe, la cual se inició en 1941, pero fue en 1995, cuando el gobierno del defenestrado presidente peruano Fujimori ,que estallaría la Guerra entre Ecuador y Perú. Esta guerra se llamó LA GUERRA DEL CENEPA. Por cierto el mayor perro de la guerra para ese momento fue el expresidente argentino Carlos Menem, quien proveyó de más de tres toneladas de armas al gobierno de Ecuador de ese entonces.

En 1998 con el Acta de Brasilia se puso fin a la guerra y escaramuzas. En este tratado, Ecuador renunciaba a sus pretensiones a una salida al río Amazonas y Perú conservaba su soberanía en Tiwinza.

La inteligencia político/militar colombiana, formada entre la inteligencia israelita y la CIA, bajo el mando del presidente paramilitar Uribe Vélez, ha intervenido en varios países de América Latina, incluyendo a Venezuela, cuando en una acción de comando atrapan en Caracas a unos de los cuadros internacionales de las Farc como lo fue Rodrigo Granda, provocando un conflicto diplomático entre Uribe y Chávez. Posteriormente, el sistema de inteligencia colombiano interviene en Ecuador y atrapan a Simón Trinidad.

Finalmente, hace cinco años, el 19 de septiembre del 2010, el ejército colombiano va a intervenir con la llamada OPERACIÓN FORTALEZA, en Ecuador, y bombardear su frontera en el rio fronterizo San Miguel, en el Putumayo, donde caen en combate varios altos dirigentes guerrilleros de las Farc y donde también cae asesinada en el bombardeo la hija de Simón Trinidad.

Esta situación llena de indignación a Chávez y Correa contra Uribe, produciendo un impasse diplomático. En el fondo se trataba de poner en práctica, por parte de Uribe, la doctrina de guerra preventiva y de intervención más allá de las fronteras. Chávez acusó a Uribe de intentar hacer de Colombia «la Israel de América Latina».

Chávez anuncio, en esa coyuntura, el envío de fuerzas militares de tierra, mar y aire a la frontera venezolana con Colombia. Desde hace tres décadas Colombia aún pretende profundizar un conflicto fronterizo con Nicaragua por aguas marítimas, a lo cual el presidente Daniel Ortega respondió recientemente, el 5 de septiembre de 2015, “que Colombia carece de autoridad moral para convocar a organismos internacionales en torno al conflicto en la frontera con Venezuela”.

Estas declaraciones se dieron durante el acto central del aniversario Nº 36 del ejército sandinista, donde el mandatario recordó que Colombia incumple el fallo del 2012 de la Corte Internacional de Justicia, que restituyó a Nicaragua 90 mil km en el Mar Caribe. Ha respondido contundentemente. La alta elite burguesa colombiana que está en el poder en la hermana república, tiene muy claro, históricamente, sus intenciones belicistas y expansionistas. Así es que hay poco en que confiar.

http://www.alainet.org/es/articulo/172671

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