Las tensiones entre la NFL y la Casa Blanca continúan.
Hace tres semanas en un mitin en Alabama, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó un comentario que iba dirigido al movimiento iniciado por Colin Kaepernick, hasta el año anterior quarterback de San Francisco, que primero sentado y después con una rodilla en tierra protestaba durante la ceremonia del himno contra la brutalidad policiaca y la discriminación a las minorías.
“No les gustaría ver a uno de los dueños de la NFL, cuando alguien le falta al respeto a nuestra bandera, decir, saquen a ese hijo de p… del campo ahora mismo, estas despedido, estas despedido !”, dijo el presidente Donald Trump.
Hasta antes del comentario de Trump una docena de jugadores se habían unido a Kaepernick, tras él, cientos lo hicieron, incluyendo a los dueños de equipos varios de los cuales apoyaron al presidente en su campaña.
El comisionado de la liga, Roger Goodell, señaló que comentarios divisivos demuestran una desafortunada falta de respeto a la NFL, a su juego y a sus jugadores.
Vía Twitter, Trump dijo que Goodell buscaba justificar la falta de respeto de los jugadores al país, que la asistencia y los ratings de televisión son muy bajos por juegos aburridos y que el público se ha alejado por amor a su nación.
Pero la asociación de jugadores señaló que mantendrán su posición, y que intervendrán en la junta de los dueños de la liga la semana próxima concerniente a fijar las políticas a seguir.