Rojiblancos y azulgrana se baten en un Calderón a reventar por una plaza en las semifinales.
Aunque de por medio hubo una goleada copera contra el Elche (5-0), la leyenda del tridente empezó en enero del año pasado en un partido de Liga contra el Atlético después de una derrota en Anoeta por 1-0. El triunfo azulgrana quedó inmortalizado en una fotografía en la que Luis Suárez, Neymar y Messi, autores de un gol cada uno, posaban abrazados, triunfadores en el estadio una semana después de haber sido mitad espectadores y mitad protagonistas de la caída en San Sebastián. El argentino y el brasileño -el uruguayo no jugó- volvieron a fracasar el pasado sábado y comparecen hoy de nuevo contra el Atlético, ahora en el Calderón, con la intención de recuperar el gol, la victoria y la opción de revalidar el título en la Champions.
“Seguimos creyendo en nosotros”, escribió en Facebook Messi. El 10 le ha marcado 25 goles en 29 partidos al Atlético —10 en el Calderón— y 13 de los 14 tantos que ha encajado el equipo de Simeone pertenecen al tridente de Luis Enrique. El problema es que Messi lleva cuatro partidos sin anotar y Neymar, habitualmente decisivo en el Calderón, no encuentra la portería desde el 12 de marzo ante el Getafe. La solución sigue siendo Suárez —45 goles en 45 partidos— un delantero que funciona en el Barça como Diego Costa lo hacía en el Atlético.
El charrúa firmó la remontada en un partido de ida (2-1) que parecía diseñado para la gloria del Atlético. Los rojiblancos señalaron al árbitro alemán Brych como el responsable de su derrota por la severidad con la que expulsó al Niño Torres, autor del gol y figura durante media hora del duelo, y por su bondad con Suárez, protagonista de dos entradas muy feas sin balón a Filipe Luis y especialmente a Juanfran.
El factor Suárez
El Atlético, un equipo acostumbrado a jugar fuerte, acude agraviado a su estadio, víctima en el Camp Nou, enfurecido, deseoso de revancha, dispuesto a acabar con la pompa que a su entender se le da al pusilánime Barça. La hinchada tiene una fe ciega en su equipo y a Simeone le tocará manejar el control emocional de sus muchachos, tan excitados como dichosos con su fútbol, vitalista y resultón desde que se liberaron en la tanda de penaltis ganada en octavos al PSV Eindhoven.
A pesar de la ausencia por sanción de Torres, Simeone cuenta con un muy buen plantel y tiene dónde elegir: Savic o Lucas, Carrasco o Correa. Sobresale la capacidad goleadora de Griezmann (27) y la autoridad de Koke, que pasa por un momento muy dulce, como se vio en Cornellà. Los rojiblancos dominan varios registros y a partir de su presión alta y repliegue abundante, saben cómo dañar al Barça. Luis Enrique, por el contrario, apenas cuenta con suplentes de garantía y en los duelos exigentes se entrega a un equipo titular que ha perdido juego, frescura y finura, más contragolpeador que dominante, pendiente de Messi, Suárez y Neymar. No habrá presumiblemente más novedad en la alineación que la del portero: vuelve Ter Stegen.
Aunque no es una sustitución estructural, los azulgrana aspiran a recuperar sus mejores sensaciones con el cambio de competición —marcaron en los 22 partidos europeos de Luis Enrique—, pese a que el resultado de hoy condicionará también su trayectoria y la del Atlético en la Liga. Ambos equipos se baten con diferencias mínimas en los dos torneos a pesar de que Luis Enrique le ha ganado los siete partidos disputados a Simeone. El argentino solo ha podido vencer una vez al Barça en 16 partidos (9 derrotas y 6 empates). Ocurre que la victoria se produjo en la vuelta de los cuartos de final de la Champions de 2013-2014. El 1-0 supuso la eliminación del conjunto de Martino. Ha sido la única vez en ocho temporadas que el Barça faltó a las semifinales de la Champions.
Los dos equipos tienen por tanto cuitas pendientes y el Calderón se llenará a reventar. Es un partido para gigantes en un marco único como el de la Copa de Europa.