A través del Ministerio del Exterior, el Gobierno de Nicaragua fijo su posición enérgica en la que declara de inaceptable la presencia en el país de una comisión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) por considerarla injerencista.
La Cancillería fue muy clara al señalar que “los integrantes de esa comisión que conforma y dirige el gobierno de los Estados Unidos, en el afán de seguir interviniendo en los asuntos internos de Nicaragua desde la OEA, no son bienvenidos a nuestro país; por lo tanto, no serán recibidos en nuestro suelo patrio”.
El gobierno de reconciliación y unidad nacional recordó a dicho organismo que suscribió la declaración de conformidad con las políticas de seguridad soberana, dignidad nacional y exigencia de respeto a las decisiones de Estado.
De igual forma, el canciller de la República, Denis Moncada Colindres, subrayó que con la firma de dicha declaración se confirma nuestra independencia y orgullo nacional, como corresponde a los hijos de Rubén Darío y Augusto C. Sandino.
El jefe de la diplomacia nicaragüense dio lectura al texto de reclamo por parte de nuestro país durante una concentración en la capitalina Rotonda Hugo Chávez, donde miles de nicaragüenses exigieron justicia y reparación para las víctimas del fallido golpe de Estado, iniciado el 18 de abril.
El grupo de trabajo se creó el 9 de agosto en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, supuestamente con la intención de ‘apoyar el diálogo nacional y contribuir a la búsqueda de soluciones pacíficas y sostenibles’ a la crisis sociopolítica en Nicaragua.
Durante su integración, Managua denunció el carácter intervencionista del mismo y responsabilizó a Washington de apoyar y financiar a grupos locales que intentaron una asonada contra el gobierno legítimamente electo del presidente Daniel Ortega.