Intromisión de EE.UU. en elecciones de América Latina

* «Los medios de comunicación no son imparciales y eso lo debe entender la ciudadanía, estos actúan a partir de la voluntad del dueño del medio, que es socio de empresas cuyo interés necesita que la presidencia esté en manos de la derecha y por eso construye una percepción negativa de líderes progresistas»., acota en este caso el analista Chamorro.

Los investigadores Adalberto Santana y Amauri Chamorro explican a teleSUR cómo los EE.UU. desestabilizan los procesos electorales de América Latina.

La intromisión de EE.UU. en elecciones de América Latina se ejecuta a través de financiamiento de partidos políticos proclives a su política, entre otras acciones. La más reciente estrategia cuando la derecha no gana elecciones, es la judicialización y mediatización en contra del progresismo.

El analista internacional Adalberto Santana explica que la injerencia que en materia electoral realiza Washington en el mundo data desde 1947, cuando creó la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la época de la guerra fría y que sus intervenciones en otros países ya no solo las realiza con las fuerzas armadas sino penetrando en distintos órganos y financiando a partidos políticos favorables a sus intereses.

La CIA y otros organismos de seguridad estadounidenses se dedican a hacer campaña en favor de sus intereses, financiando a partidos o movimientos empresariales de esos países, para ello creó en 1983 la Fundación Nacional para la Democracia, (en inglés: National Endowment for Democracy, más conocida por sus siglas en inglés NED).

La NED -define Santana- es un mecanismo de intervención que financia y orienta a partidos políticos de derecha para desacreditar a determinados gobiernos progresistas como en los casos de Venezuela, contra Nicolás Maduro; en Bolivia contra Evo Morales y en Nicaragua contra Daniel Ortega.

En América Latina se ha hecho mucho más evidente en esta década el apoyo del Pentágono a la judicialización y mediatización en contra del progresismo, en vista de la incapacidad de partidos de derecha para vencer en elecciones, apunta el experto en comunicación política Amauri Chamorro.

«La última estrategia usada por Estados Unidos para interferir en procesos electorales de América Latina ha sido financiar a medios de comunicación para confundir a las poblaciones y promover una jugada en el sistema judicial de estos países, para que en fiscalías se pueda afectar jurídicamente a candidatos de izquierda», analiza Chamorro.

Explica además que como en muchos años hablar mal de la izquierda en los medios no sirvió porque seguían ganando elecciones en la región, se recurrió a la estrategia de judicialización de estos liderazgos porque con elementos concretos se podía sembrar la duda sobre sus capacidades.

«Es la única manera que ha encontrado la derecha para vencer en procesos electorales, con golpes jurídicos y mediáticos. Importante destacar que no son victorias políticas, sino electorales», resaltó.

La fórmula de intromisión estadounidense es el proceso judicial contra el líder falsificando pruebas más la difusión en medios hegemónicos de comunicación que representa los intereses de la derecha.

Los investigadores Adalberto Santana y Amauri Chamorro mencionan los casos de intromisión electoral de los Estados Unidos en la región:

– La actual embestida legal contra Cristina Fernández en Argentina, Dilma Rousseff y Lula Da Silva en Brasil, son ejemplos no aislados de una nueva táctica.

– La gira del secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, por América Latina se hizo para aglutinar a partidos políticos con intereses favorables a EE.UU. para descalificar al gobierno venezolano, ahí nació el Grupo de Lima. La izquierda en Venezuela viene de ganar el año pasado tres elecciones legítimas y democráticas y celebrará presidenciales en abril próximo.

– En Honduras, donde hubo fraude electoral, rápidamente los Estados Unidos reconoció al gobierno dictatorial de Juan Orlando Hernández, que los medios de comunicación legitimaron.

– En México, se vio el ataque mediático a fuerzas progresistas unidas en bloque por los partidos del Trabajo (PT), Morena, y Encuentro Social (PES) que tienen como candidato a Andrés López Obrador, que aún lidera los sondeos. En su contra se difundió una supuesta injerencia de Rusia en elecciones mexicanas como si fuera un hecho consumado. Esto es parte de una corriente de opinión a la que se prestan los medios afines a los intereses de Estados Unidos. En México es la primera vez que un candidato de izquierda vuelve a liderar las encuestas después de 30 años, pero es ampliamente cuestionado diariamente por los medios del país.

«Los medios de comunicación no son imparciales y eso lo debe entender la ciudadanía, estos actúan a partir de la voluntad del dueño del medio, que es socio de empresas cuyo interés necesita que la presidencia esté en manos de la derecha y por eso construye una percepción negativa de líderes progresistas»., acota en este caso el analista Chamorro.

– En Ecuador hubo recientemente un cerco mediático en contra de la difusión de la campaña del «No» la Consulta Popular, así como en contra del expresidente Rafael Correa y su militancia. 

Más de mil 200 medios de comunicación invisibilizaron a Rafael Correa, quien siendo fundador de su partido Alianza PAIS, el CNE entregó el registro a Lenin Moreno, actual presidente de Ecuador. Correa fue despojado de su organización política. El mismo CNE retrasó la entrega de los recursos para la campaña del No y permitió que los medios de comunicación no difundieran la propaganda electoral que promovía Correa.

– El excandidato presidencial en Chile, Marco Enríquez Ominami, que estaba en los sondeos con 20 puntos por encima de Sebastián Piñera (presidente electo), fue mediáticamente atacado con base en elementos acusatorios de la justicia, investigado por presuntamente haber recibido aportes ilegales para financiar su campaña presidencial previa.

*Adalberto Santana, analista internacional mexicano e investigador de la UNAM.

*Amauri Chamorro, periodista ecuatoriano, consultor experto en comunicación política y estratégica.

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