En medio del fracasado golpe blando en contra del Gobierno de Nicaragua por parte de los EEUU y sus aliados locales, se sumó a esta guerra de cuarta generación, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Un soldado siempre dispuesto a todo cuando se trata de atacar a gobiernos populares y efectuar operaciones de prensa montadas desde Washington.
Teniendo al diario La Prensa como su principal y leal cómplice en este país, Ricardo Trotti, director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), acaba de afirmar en entrevista al medio La Voz de América y a la conocida televisora anti-cubana “TV Martí”, que “enviará a Nicaragua una delegación especial para evaluar el ataque y censura a los medios de comunicación”.
“Invitando a otras organizaciones internacionales que defiendan la libertad de prensa para estar en Nicaragua. Hablar con todos los involucrados… trataremos de hacerlo con el Gobierno, aunque sabemos que nunca atiende a la prensa”, expresó Trotti, no aclarando si entre las organizaciones de prensa incluye a la FELAP (Federación Latinoamericana de Periodistas), que agrupa a quienes luchan contra la hegemonía de las corporaciones mediáticas en el continente, llevando la voz de la prensa que, como decía Ricardo Masetti, activo participante en la fundación de Prensa Latina, “Somos objetivos, pero no imparciales”.
Para Trotti, “el conflicto en Nicaragua es de mayor envergadura en relación al ataque de medios registrado en los últimos años, similar a lo que ocurre en Cuba y Venezuela”.
“El hecho de no haber nunca, nunca dado una conferencia de prensa demuestra la poca vocación democrática que tiene este Gobierno”, agregó.
Nada dice Trotti sobre los 42 periodistas asesinados durante el año 2017 en América Latina y el Caribe, 26 en México, 5 en Honduras, 2 en Guatemala, 2 en Colombia, 2 en República Dominicana, 2 en Perú, 1 en El Salvador, 1 en Chile y 1 en Venezuela. ¿Será porque el venezolano murió en un hecho de inseguridad ciudadana en un intento de robo?
Nada dice Trotti sobre los 6 periodistas asesinados en México en lo que va de este año, los 3 en Ecuador, los 2 en Guatemala, los 2 en Brasil, y los de El Salvador, Colombia y Nicaragua, claro éste último asesinado por un francotirador cuando el periodista se encontraba filmando mientras marchaba junto a la policía frente a un tranque.
La SIP no levanto la voz contra la Operación Condor en los años 70, cuando las dictaduras asolaban el continente; no se la vio enviar delegación alguna ante el genocidio en Guatemala. La SIP, siempre servil a sus patrones ideológicos, siempre al servicio del imperio, siempre la libertad de prensa asociada a los designios de las corporaciones y empresas monopólicas dueñas de los medios de comunicación y sus intereses ligados a las políticas de dominación y dependencia contra los pueblos.
Ahora le toca el turno a Nicaragua, siguiendo el manual de los golpes no violentos de Gene Sharp, con la OEA, siempre dispuesta a actuar preparando las acciones políticas desde el exterior y la SIP coordinando las estrategias mediáticas, se intenta acorralar al gobierno sandinista, ocultar sus logros, y con mercenarios y maras traídas de los países vecinos, inventar una insurrección para debilitar y forzar al presidente Daniel Ortega a renunciar o adelantar elecciones. La injerencia norteamericana una vez más al descubierto.
Atacar hoy a Nicaragua y a Venezuela en la forma descarada que lo viene haciendo la SIP, es parte de su histórica actitud contra los procesos revolucionarios en el continente, pero hay algo que no puede disimular, que ningún periodista asesinado por ser fiel a los principios de la comunicación, es cubano, de eso, tampoco habla Trotti, aunque en la mira de su arma siempre tenga a Cuba enfocada.