Los EEUU y sus ONG se empeñan en ocultar su total, abierto y descarado financiamiento a los grupos de oposición a los Gobiernos de izquierda en América Latina, negando este inobjetable hecho mediante el discurso de que “una verdad, aunque haya sido denunciada mil veces, son capaces de convertirla en una mentira” ante la opinión pública.
Esta forma de pensar de los gobernantes norteamericanos, así como de sus organismos económicos internacionales, ha convertido ser oposición en países como Nicaragua, Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador en un negocio redondo, a tal punto que las ONG vinculadas a la oposición en estas naciones se manejan como empresas muy lucrativas.
En Nicaragua para nadie es desconocido que anualmente grupos de ONG y movimientos políticos opositores reciben grandes cantidades de dinero que proviene indirectamente del presupuesto de los EEUU, a través de organismos financieros internacionales como IRI, USIS, Hivos, NED, NDI, entre otros, para promover el desorden y la desobediencia civil.
Esta inequívoca denuncia fue puesta en evidencia reiteradamente por los gobernantes de estos países latinoamericanos, incluyendo al comandante Hugo Chávez (QEPD), quien fuera víctima de un golpe de estado en el 2002, operativo que fue un rotundo fracaso, lo que llevó a EEUU a elevar la escala de asedio a los gobiernos de las naciones antes mencionadas.
Pero, específicamente ¿de dónde provienen todos los cuantiosos recursos que los gobiernos de los EEUU han destinado a las ONG y partidos políticos de derecha por más de una década, de manera ininterrumpida? La respuesta es muy sencilla: los aportes se hacen a través del tristemente oficioso Departamento de Estado.
Estos aportes financieros pueden ser hechos de una forma directa a las organizaciones de oposición por el propio Departamento de Estado o a través de una triangulada “inyección de divisas” a estos movimientos políticos de fachada. Al mismo se suma el «apoyo» recibido por parte de partidos políticos y fundaciones en Europa,.
De algo que no se pueden quejar esos movimientos políticos y ONG de oposición es de lo lucrativo que les ha resultado este negocio, dado que lo que les ha sobrado han sido ingresos, siempre en moneda extranjera, para hacer creer a sus benefactores que están “trabajando” en contra de sus respectivos gobiernos y, lógicamente, permitirse dar una vida de lujos.
La abogada estadounidense Eva Golinger es una de las voces más citadas para hablar de los recursos que llegan vía Washington para la derecha en estos países latinoamericanos. En 2009, la investigadora -apoyada en documentos desclasificados del Departamento de Estado- cifraba en 6.4 millones de dólares los aportes de NED a los grupos políticos que adversan a la Revolución Bolivariana. Los números no son descabellados.
Aunque no especificó en el aporte financiero hecho a Nicaragua, está muy claro que tanto los EEUU como sus organismos de “ayuda internacional” les dan plata a estos grupos para que aparezcan como un “poder blando” que encubra la cara ruda de sus financistas, bajo la fachada de ONG “sin fines de lucro”.
En nuestro país, estos ONG pretenden aparentar estar desvinculados de los partidos políticos, pero se han convertido en la principal fachada e ideal medio de oposición para recibir financiamiento de terceros países, con EE.UU. a la cabeza, quienes junto con el dinero les orientan actividades para desestabilizar al Gobierno de Nicaragua.