La noche del sábado nueve de enero del 2016, algunos vecinos de la Quinta “La Guadalupana”, ubicada en el kilómetro doce y medio de la carretera sur estaban asombrados. En la quinta de Cristiana Chamorro había fiesta, pero fiesta de las buenas, donde desfiló lo más selecto de la oligarquía nicaragüense.
Uno de los vecinos nos comentó que la manera cómo organizaron esa fiesta jamás la había visto en Nicaragua. Dice que fiestas de esa tipo solo las ha visto en las películas de la farándula estadounidense y en la nobleza de los países europeos.
Da la casualidad que llegaron a nuestras manos varios documentos sobre esa esa fiesta donde se plasman muchos detalles y uno de ellos es que contrataron los servicios de cinco Valet Parking.
El Valet Parking es un grupo de personas que trabajan para una empresa haciendo lo necesario para ordenar, recibir y entregar los automóviles de las personas que asisten a determinado evento.
El término valet parking probablemente apareció por primera vez en la década de los 30s en los Estados Unidos, debido a la falta espacio para el parqueo en ciudades como New York, Chicago y San Francisco. Sin embargo, en ningún lugar creció tanto la demanda de este servicio como en Los Ángeles, donde utilizar el servicio del valet parking forma parte del modo de vida de las estrellas de Hollywood que llegan a un lugar, apagan las limosinas y lanzan sus llaves a empleados del Valet Parking.
El Valet Parking funciona de la siguiente manera. La persona llega a un lugar destinado en su coche. Lo entrega a una persona que está esperando en la puerta y cuando sale se le entrega nuevamente el vehículo.
Para la noche sábado nueve de enero, Cristiana pagó 850 dólares para el servicio de cinco Valet Parking. Se imaginan los bocadillos, comida y licores que sirvieron en esa fiesta. Una fiesta a la “altura” de la oligarquía.
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