El famoso replanteamiento en la “lucha” que hiciera el cabecilla del PLI, Eduardo Montealegre, terminó en otro más de sus fracasos políticos, tras que el llamado “miércoles de protesta” concluyera en una batalla campal en el que sus participantes terminaron lanzándose huevos y llenándose de pintura en “spray” y hasta se rociaron entre ellos con gas pimienta.
Definitivamente, la nueva “estrategia” anunciada por el también diputado no se notó a como aseguró se sentiría a nivel nacional, lo único que sí se pudo destacar fue el triste espectáculo que ofrecieron ante los ojos de la población los mismos grupitos que llegan a causar alborotos los miércoles frente a las instalaciones del Consejo Supremo Electoral (CSE).
Esta otra muestra de enfrentamiento e inconformidad entre estos grupos que asisten a las “protestas”, no es más que una extensión de la falta de capacidad y de responsabilidad de quienes dicen organizar las “marchas”, en especial queda demostrada una vez más la falta de convocatoria que tienen Montealegre y sus allegados del PLI, que se arrogan esta actividad.
No pueden ni verse
Las únicas personas que el PLI pudo citar a la peregrinación del miércoles, que siempre son las mismas, se miraban con mucho recelo, al punto que la “marcha” estuvo plagada desde su inicio de ataques verbales fuertes entre los participantes, los que se concretaron en agresiones con huevos, llenarse de pintura entre ellos, y hasta sacaron latas con gas pimienta.
Al parecer, lo que debía replantearse Eduardo Montealegre y su séquito es si tienen el valor, tal y como lo anunciara, de llegar a pedir cooperación a los organismos de la comunidad internacional, así como a las delegaciones de la OEA y la ONU en el país con estos “marchantes”, quienes reflejan con certeza la definición de “unidad democrática” para la derecha.
Por supuesto, para Montealegre y su grupito en lo que llaman Coalición Nacional por la Democracia, los acontecimientos tienen una explicación: “están siendo infiltrados por el FSLN”, pero la realidad es que fueron sus antiguos aliados conocidos como Rejudin y Forfunic, quienes se trenzaron a duelo con la que llaman el brazo juvenil de esa agrupación electorera.
Todos buscan protagonismo
De acuerdo a Rejudin y Forfunic, fue precisamente esta Juventud de la Coalición Nacional por la Democracia quien inició el hostigamiento en contra de ellos, a pesar de que pertenecían a la misma agrupación política, con el único fin de hacerle “cama” a Montealegre y su gente, para además de hacer proselitismo, agenciarse como PLI las autorías de las “marchas”.
Asimismo, la dirigencia de estos dos grupos enfatizó que el objetivo de las “marchas” tuvo como principio no acuerparse con ningún color político, y lo primero que hicieron el PLI, el MRS y hasta la Resistencia Nacional, fue opacar el azul y blanco con sus banderas, en búsqueda de “jalar agua para su molino”, en las próximas elecciones, por eso y otras cosas más, dijeron que se retiraron de esa coalición.