El colectivo Germen mezcla técnicas gráficas para crear murales en barrios marginados en México junto con sus habitantes.
Un conjunto de 209 casas en un cerro fue el lienzo para un mural multicolor de 20.000 metros cuadrados. Se encuentra en Las Palmitas, un barrio marginado de Pachuca, Hidalgo, en el centro de México. Desde que el proyecto finalizó el verano del año pasado, el macro mural se ha convertido en una atracción turística y ha sido presentado por medios como The Guardian, Al Jazeera y Associated Press. Las fotografías del barrio también suman miles de compartidos en distintas páginas en Facebook.
El colectivo de artistas Germen Nuevo Muralismo fue encomendado por los gobiernos federal, estatal y local para crear el mural en 2014, como parte de un proyecto para rehabilitar la zona. “Nos explicaron que la colonia estaba en las faldas de un cerro y que estaba en condiciones de vulnerabilidad, con problemas de incidencia delictiva, consumo de drogas y violencia”, comenta a Verne vía telefónica Enrique Gómez Mybe, vocero y uno de los cofundadores de Germen. “Aceptamos participar porque venimos de lugares con esos problemas y queremos demostrar que el arte no es un suvenir para los conocedores, es un derecho de todos”.
Gómez es de Ciudad Nezahualcóyotl (Ciudad Neza), uno de los municipios más inseguros del Estado de México, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública. “Somos de barrios peligrosos. En lugar de volverme un chico malandro opté por el aerosol y dejar de lado los riesgos, usar el dibujo como una alternativa de vida”. En 2002 conoció a otro grafitero de Neza, Jonathan Méndez Ene y participaron juntos bajo la guía de otros grafiteros veteranos como Humo.
Después de casi una década haciendo grafiti, Gómez y Méndez se percataron de que querían llevar su arte en una dirección distinta a la de sus mentores. “Queríamos crear un colectivo con el que pudiéramos experimentar con otra estética, con varias técnicas y herramientas que no se permiten en el grafiti por reglas como el can control (control de la lata, significa que el artista solo puede usar aerosoles en su arte y debe dominar su uso para crear detalles, contrastes y textura)». En 2012 crearon Germen después de participar en un proyecto de la bebida Red Bull para transformar un zona de drenaje en un parque para skaters en Guadalajara.
Dos años después comenzaron la planeación del mural en Las Palmitas. Los artistas crearon una maqueta volumétrica (que se hace para representar el lugar, pero que no se hace a detalle) y a través de un sistema de coordenadas calcular la distribución de la obra en las más de 200 casas. Pero para Gómez la planeación más importante se realizó con las 450 familias del barrio. “Nos metimos hasta la cocina de cada casa y escuchamos las historias de la gente y los problemas que enfrentan”, dice Gómez.
A través de la convivencia con los habitantes del pueblo, Germen tomó inspiración de sus historias, para crear tanto el muro que abarca todo el conjunto de casas, sino los murales internos que decoran las calles del barrio. “Fue una colaboración del pueblo”, comenta Gómez. “Para nosotros ese el nuevo muralismo mexicano, que no se construye con la perspectiva de un artista sino con de un consenso y de la intervención social del artista en una comunidad”.
El proyecto fue realizado por el equipo de Germen (16 miembros) y 40 habitantes de Las Palmitas, la mayoría jóvenes. A lo largo del proyecto de año y medio, los artistas también ofrecieron talleres de arte y realizaron un diagnóstico de los problemas sociales de la colonia. “Nos dimos cuenta que hacía falta un lugar de convivencia para todo el pueblo, donde pudieran conocerse y hablar, creemos que esa es una de las razones por las que había tantos conflictos entre la gente”.
El gobierno federal lanzó este proyecto basándose en el de dos artistas holandeses en las favelas de Río de Janeiro. En una conferencia TED, Jeroen Koolhaas y Dre Urhahn explican que su proyecto mejoró la interacción entre sus habitantes y creó un sentido de comunidad antes inexistente.
Según datos del gobierno de Pachuca, el índice delictivo en Las Palmitas se redujo a partir desde el inicio del proyecto. “Creo que la gente se está percatando del potencial que tiene su comunidad para mejorar y el potencial que tienen ellos para buscar alternativas a su realidad. Eso es un efecto del arte, el arte es poder, y queremos propagar ese mensaje a otras partes del país”.
Germen planea su próximo proyecto pero Gómez aún no puede hablar de él. Mientras tanto sus miembros permanecen en Pachuca fomentando el arte entre la comunidad.