Más allá de las derechas y los derechos

La prensa internacional les ha llamado el «odio organizado» a los al menos 165 grupos paramilitares que operan en EE. UU., vestidos de uniformes, portando armas de combate, conduciendo autos patrulleros en sus estados y para entrenarse realizan asaltos e incursiones en recintos simulados con municiones reales.

Cualquiera pensaría que forman parte de las fuerzas armadas o son miembros de los cuerpos de seguridad del Estado de la superpotencia, pero no: son la raíz del paramilitarismo que han sufrido a lo largo de la historia países de todos los puntos cardinales del planeta, dondequiera que pisó la bota invasora estadounidense o pusieron los ojos sus viles intereses.

Carolyn Gallaher, profesora de la American University en Washington, declaró en diciembre pasado a la británica BBC Mundo que «si revisamos la historia estadounidense podemos ver que estas milicias armadas han existido en el país desde sus inicios».

Sin embargo, las «milicias» modernas tienen sus raíces en organizaciones racistas y antisemitas de los años 70 y 80 del pasado siglo, como el llamado christian identity (identidad cristiana) y el posse comitatus, que propagó teorías conspirativas de que el gobierno federal era una amenaza al pueblo estadounidense. Y ahora asisten a eventos como la marcha de grupos de extrema derecha en Charlottesville en agosto del 2017.

De acuerdo con los datos del Southern Poverty Law Center (SPLC), que se encarga de monitorear lo que llama grupos de odio y extremistas en Estados Unidos, en la actualidad existen 623 grupos del denominado «movimiento patriota» y dentro de este hay 165 «milicias» paramilitares que forman el «ala armada» del movimiento, cuya misión, aseguran, es librar una guerra contra el gobierno y «proteger las libertades civiles».

Se autotitulan «extremadamente patrióticos» y sus grupos tienen nombres como Oath Keepers (Custodios del Juramento), Three percenters (Los tres por ciento) y Posse Comitatus (Fuerza del condado).  Su ideología está basada en teorías de conspiración globales sobre amenazas a la paz y la estabilidad y creen que el gobierno federal está colaborando con estas conspiraciones.

Dicen que el gobierno está intentando quitarles sus armas, privarlos de sus derechos y libertades y que necesitan luchar contra esta conspiración, dijo un experto a BBC Mundo.

Mark Pitcavage, investigador del Centro sobre Extremismo de la Liga Antidifamación de Estados Unidos, aseguró que «en realidad son grupos extremistas y están muy bien armados; se han extendido por todo el país; pretenden ser soldados, se organizan con rangos en sus grupos y se hacen llamar batallones o regimientos».

Se asegura que los grupos varían en tamaño. Algunos tienen decenas de seguidores, otros, como el llamado «Three Percenters» (Los tres por ciento), cuentan con unos 10 000 miembros.

Su objetivo es defender lo que ven como amenazas fundamentales a la constitución de su país: la libertad de expresión y el derecho a portar armas. «Y están preparados para usar sus armas para proteger sus derechos y restaurar lo que dicen es el plan perfecto de los Padres Fundadores para Estados Unidos», dice Pitcavage.

Muchos se preguntaron quiénes eran los hombres armados que asistieron a la marcha de la extrema derecha en Charlottesville en agosto. Allí, además de los nacionalistas, el alt-right, los supremacistas blancos, miembros del Ku Klux Klan y los contramanifestantes del llamado Antifa, también estaba este tercer grupo que para muchos pasó inadvertido.

Eran varias decenas de hombres con uniforme de combate y chalecos antibalas, que portaban rifles de asalto y se comunicaban entre sí con radios y auriculares.

¿A cuánto ascenderán los efectivos de ese ejército de odio, «defensor de derechos fundamentales» o fundamentalistas? Además del referente histórico del paramilitarismo norteamericano de exportación, ¿cuánto riesgo de neofascismo se esconde tras los «derechos» de estas bandas?

Según el Southern Poverty Law Center (SPLC), «el número de grupos del movimiento patriota se disparó de 149 en el 2008 a 1,360 en el 2012, en gran parte como reacción a la elección de Barack Obama». «Como su ideología está intensamente centrada en el gobierno federal como su principal enemigo, el movimiento patriota aumentó drásticamente cuando la nación estaba dirigida por un hombre negro», aseguró la organización.

Pero en el primer año de gobierno de Donald Trump ha habido un marcado cambio en el movimiento: tienen una afinidad con el magnate presidente y su gobierno.

Ven a Trump como un gobierno con el que pueden trabajar. No obstante, dada la naturaleza ultraderechista y violenta, expertos consideran que las «milicias» no se estarán tranquilas y continuarán sus actividades bajo el actual gobierno, pues «la extrema derecha y los grupos de odio que operan en el país continúan un aumento sin precedentes».

El número de grupos de odio que operan en el país continúa incrementándose: 917 en el 2016, entre los que sobresalen los grupos antimusulmanes, que crecieron en un 197 por ciento, de 34 en el 2015 a 101 en el 2016.

 

 

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