Máscara cívica no le queda al Movimiento por Nicaragua

Ha resultado en extremo difícil para algunas ONG opositoras que definen su actuación oficial dentro de acciones alejadas de la política, el poder convencer a la población e incluso a sus seguidores, que no desean obtener el poder político.

 

 

Es el caso del Movimiento por Nicaragua, cuya proclamada identidad como “movimiento cívico” desparece de inmediato con sus acciones, dirigidas todas a desalojar del poder al FSLN y a su líder Daniel Ortega.

Y pese a que dicen otra cosa, no se cuidan de ocultar el hecho de que trabajan junto a partidos políticos de oposición, en la lucha “por retornar al país al cauce democrático y alcanzar un gobierno para todos”.

Es que si hicieran otra cosa, no recibirían las millonarias subvenciones anuales de parte de las agencias norteamericanas de desestabilización y de la misma Embajada de Estados Unidos, a como recién confesó la ex embajadora Phyllis Powers.

En la tercera parte de esta entrega sobre el MpN, vuelve a quedar claro lo que busca el grupo que dirige Violeta Mercedes Granera Padilla.

 

 

 

 

 

 

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