Martha Sánchez Martínez*
La vida del sacerdote nicaragüense Miguel D’Escoto inspiró al cineasta italiano Roberto Salinas el documental El problemático, cuyo estreno será aquí en el XXXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
De padre nicaragüense y madre italiana, Salinas ha vivido de un país al otro desde que tiene uso de razón y le duele que a Italia no lleguen muchas noticias de América Latina, hasta que encontró a un hombre cuyas vivencias podían servir para exponer una parte importante de historia: el padre D’Escoto.
Y todos le llaman «padre», pese a haber estado suspendido “a divinis” por el Papa del ejercicio del sacerdocio, de 1984 a agosto de 2014, debido a su participación en el gobierno sandinista y su actividad política.
Pero ninguna sanción logró quebrar la fe de quien fuera canciller de Nicaragua de 1979 a 1990, y cuyo afán de justicia le sentó una fama de problemático.
A Salinas le impresionó principalmente cuando D’Escoto presentó en 1984 ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) una reclamación contra Estados Unidos por apoyar actividades militares y paramilitares contra su país y el tribunal falló a favor de Nicaragua.
«Tuvo un valor enorme e hizo que Estados Unidos por primera vez se negara a reconocer la jurisdicción de la CIJ. Fue algo simbólico muy fuerte, y en 2008 me pareció interesante comenzar a contar su historia», aseguró el realizador a Prensa Latina.
Ese año el sacerdote asumió la presidencia de la Asamblea General de Naciones Unidas, y el joven realizador aprovechó la coyuntura como una manera de orientarse sobre qué pasaba con las dinámicas de políticas respecto a América Latina.
«Y tuve razón porque lo que el padre hizo en la ONU fue algo nunca antes visto en la historia, el tipo de liderazgo desarrollado allí durante su mandato de 2008-2009 no tiene sin precedentes», aseveró.
Salinas mostrará en su documental de 83 minutos de duración qué sucedió durante ese año al frente de una institución a la que ningún otro funcionario había dado acceso, pero un problemático como D’Escoto no temió enseñar la realidad.
El estreno mundial será el próximo 12 de diciembre, en el Multicine Infanta de esta capital, algo que colma de emociones a Salinas.
«Para mí sería lindo que el estreno se convirtiera en un gran abrazo a él, una especie de agradecimiento por su carrera y vida ejemplar, esa sería la recompensa más grande, transformar ese momento en una celebración para el padre, y estoy seguro de que será así porque es muy querido en Cuba,» afirmó.
El gusto por el género documental domina a este cineasta que disfruta conversar con personas llenas de historias y participó como director de fotografía en cintas como No bajes los brazos, sobre un club argentino de rugby.
Salinas había venido dos veces anteriores a La Habana pero nunca a un Festival del Nuevo Cine Latinoamericano y le sorprende el entusiasmo de los cubanos durante las proyecciones a sala llena.
Por eso y por el cariño profesado a D’Escoto en este país, Salinas está seguro del éxito de su más reciente obra.
* Prensa Latina