La policía de Fargo, Dakota del Norte, ha detenido a dos sospechosos pero hasta el momento no cuenta con suficientes pruebas para esclarecer este caso.
Savanna Lafontaine-Greywind, una chica de 22 años embarazada de ocho meses, se despidió de su madre el 19 de agosto y le dijo que subía a casa de unos vecinos del mismo edificio para ayudar con un proyecto de costura. Ocho días después, el domingo pasado, su cuerpo sin vida, envuelto en plásticos y colgado de un tronco, apareció cerca de un río a pocos kilómetros de Fargo, Dakota del Norte. Pero tres días antes del hallazgo del cadáver, en el apartamento de sus vecinos, las autoridades encontraron a un bebé: era la hija de Savanna.
Apenas hay detalles. La policía mueve cielo y tierra en busca de pistas que puedan ayudar a descifrar cómo fueron las últimas horas de Savanna, de pelo marrón y ojos verdes, cuya localización se desconocía hasta que unos piragüistas divisaron su cuerpo a orillas del río Red en el colindante Estado de Minnesota. Los vecinos, Brooke Lynn Crews y William Henry Hoehn, han sido arrestados por delitos de conspiración para matar, conspiración para secuestrar e información falsa. Pero por el momento las autoridades solo han podido demostrar que los dos sospechosos fueron los últimos en ver a Savanna con vida. La hipótesis que manejan de momento los investigadores, según The Washington Post, es una abducción fetal: forzar a la embarazada a dar a luz o extraer a la fuerza el feto de la madre.
La joven subió al apartamento de Crews y Hoehn, dos pisos encima del que habitaba con sus padres, tras recibir una oferta: le pagarían 20 dólares por posar para un vestido que estaba cosiendo Crews, la vecina de 38 años. Antes de salir de casa, a las 13:30, la joven, pidió una pizza. No se llevó la cartera. Para su madre, Norberta, ambos gestos indicaban que planeaba regresar con relativa rapidez. Pasado un tiempo, Norberta subió las escaleras y tocó la puerta del apartamento de Crews y Hoehn. Su hija se había marchado, le dijeron. A las 16:30 denunció la desaparición a la policía.
“Supe de inmediato que algo estaba mal porque su coche seguía aparcado delante de la casa. Estaba embarazada de ocho meses y tenía los pies hinchados, no se iría a pasear. Había una pizza en casa que todavía no se había comido”, explicó Norberta al diario local Duluth News Tribune dos días después de la desaparición.
Más de 30 agentes y unidades caninas rastrearon el municipio y sus alrededores. También registraron el apartamento de Crews y Hoehn, sin éxito hasta la cuarta vez, cuando encontraron a un bebé recién nacido —un componente conmovedor adicional del misterioso caso. Era una niña, la hija de Savanna, según confirmaron los propios sospechosos una vez detenidos. El jefe de la policía, David Todd, explicó a los medios que la niña podría no haber estado en la residencia durante los tres primeros registros.
“Lo único que quería era una vida con Savanna y mi bebé. Me lo han robado todo”, declaró el novio de Savanna, Ashton Matheny, con quien planeaba mudarse el próximo mes. El joven, angustiado, se ha sometido a unas pruebas de ADN para confirmar que el recién nacido es en efecto su hija, según informó al canal local WDAY. “Savanna fue una víctima de un acto cruel y depravado”, afirmó Todd.