La frustración por el fracaso de las cada vez más raquíticas “peregrinaciones” que venían realizando partidos políticos de la derecha y los llamados grupos de la “sociedad civil” frente a las instalaciones del Consejo Supremo Electoral (CSE), puso en evidencia la falta de credibilidad que tienen ante la población, al punto que el PLI decidió retirarse de esas “actividades”.
La insólita justificación que hace Eduardo Montealegre, quien maneja los hilos del PLI, es que después de varias semanas de protestas la ciudadanía ya tomó “conciencia” y por lo tanto hay que buscar nuevos métodos y estrategias de “lucha”, porque el período de las marchas, que incluso los llevó a enfrentarse entre ellos mismos, había terminado.
Ahora hablan de replanteamiento en la “lucha” y quieren intimidar alegando que se irán a “quejar” a organismos internacionales para que los apoyen en sus antojadizas intenciones, tal como recientemente lo hicieron al enviarle una carta al Secretario General de la OEA, pidiéndole que abogara ante ese organismo para que interviniera en los asuntos de nuestro país.
Resultado del fracaso
Las declaraciones de Montealegre son más que elocuentes, y obviamente son resultado del rotundo fracaso de las asonadas que intentaron armar semanalmente, al igual que el de toda la campaña de desprestigio contra el CSE que desplegaron para que la gente los apoyara. Ahora no les queda otra que irse a quejar al extranjero, con la esperanza que alguien les haga caso.
Otro criterio externado por Montealegre, que pone de manifiesto su altanería contra sus propios “compañeros” de marcha, fue que el PLI se retiraba de las protestas, pero si querían llegar los otros grupos que no había problemas, que lo podían hacer, en lo que se puede interpretar como un permiso otorgado por quien está a cargo de todo ese disminuido “movimiento”.
Precisamente, esta fue la “manzana de la discordia” entre los mismos grupos que llegaban a armar alboroto frente al CSE, cada uno de ellos se acreditaba la autoría de esas “protestas” y por tanto, el liderazgo; dicha discrepancia los llevó hasta la confrontación violenta en el mismo lugar donde realizaban de forma “unida” acciones contra el Poder Electoral.
Graves pleitos internos
Los conflictos entre ellos llegaron a tal punto, que actualmente dos grupos denominados Rejudin y Forfunica, se retiraron de la coalición electorera que lidera Montealegre con su PLI, argumentando que si las diferencias que se produjeron en las protestas no se pudieron solventar, mucho menos podría hablarse de acuerdos en lo referido a un proceso electoral.
Representantes de estas dos agrupaciones aseguraron que la dirigencia del PLI les exigía llevar bandera de ese partido, a lo que se negaron diciendo que se trataba de una “lucha popular”. Para seguir con el pleito, estas declaraciones fueron negadas por el delegado de la juventud en la coalición PLI, quien dijo que en esa organización no se le exige nada a nadie.