No buscan botar a Aminta, quieren el gobierno

Ante el grave error de un grupo de agentes de la Policía Nacional, los partidos políticos, algunos medios de comunicación y sobre todo las ONG opositoras como el CENIDH, se apresuraron a pedir la cabeza de la jefa policial Aminta Granera Sacasa, y a descalificar a la entidad que ha garantizado que Nicaragua sea el país más tranquilo y seguro de Centroamérica.

 No actúan impelidos por el calor del momento. Deshacerse de los mandos policiales actuales y neutralizar a la institución, es un sueño de años. Les gustaría también tener el control del Ejército para concretar sus anhelos de retornar al poder.

Es bochornoso aprovechar la tragedia de una familia y el dolor en las filas de una institución como la Policía Nacional, conformada por seres humanos que cometen errores censurables como el de “La Jagüitas”, pero igualmente enormes aciertos como el de mantener a raya al crimen organizado, al narcotráfico y a la delincuencia común.

Somos ejemplo para otros países

De diversos países han venido mandos policiales a copiar la experiencia de la Policía de Nicaragua. Todos reconocen lo difícil que es mantener el orden público y la estabilidad en un país como el nuestro, donde no abundan los recursos económicos y la pobreza es todavía parte de una cruda realidad.

La confusión entre su papel de dirigentes opositores y la de defensores de los derechos humanos, es lo que hace que personas como la Dra. Vilma Núñez de Escorcia, del CENIDH, vuelque toda su hiel sobre la institución del orden público, cuyos integrantes no son santos -a como pretende serlo doña Vilma con la imagen que intenta proyectar-, y cometen yerros como el que provocó la tragedia que enlutó a la nación entera.

Uno de los problemas en Nicaragua es que cierta gente que tiene algún tipo de poder, llámense políticos, abogados, periodistas, ONG, etc., se consideran intocables y no admiten siquiera que un policía los multe por una infracción porque arman tremenda alharaca, llegando incluso a mencionar persecución política.

Neoliberalismo hizo mucho daño

En el caso de “La Jagüitas”, no podían desaprovechar que las fuerzas del orden, que no les han permitido sembrar el caos en el país, se hayan visto envueltas en un lamentable error devenido en terrible tragedia.

Se lanzaron todos en busca de desacreditar a la Policía y al gobierno. Según han expuesto, fue Daniel Ortega y no los 16 años de gobiernos neoliberales, los que golpearon la razón de ser de nuestras fuerzas del orden como “centinelas de la alegría”.

¿Cuándo fue que jefes policiales cayeron en el deshonor de pagar con droga a los colaboradores en la lucha contra el narcotráfico? ¿Cuándo fue que algunos mandos policiales se vieron envueltos en graves escándalos? ¿Quiénes fueron los que pervirtieron a otrora ejemplares policías haciéndoles costosas regalías consistentes en fincas, casas de lujo, ganado, vehículos, etc.?

El neoliberalismo arrastró hacia la perdición a muchos agentes del orden, ya fuera de la institución por suerte. Desde 2007 a esta parte, la labor de los mandos de la institución se ha centrado en recuperar los valores perdidos.

Es válido criticar la corrupción

En cuanto al comportamiento de algunos miembros de nuestras fuerzas del orden, las críticas son valederas. A nadie le agrada que haya policías venales que acepten mordidas en las calles a cambio de perdonar una infracción de tránsito, lo que aparte de la corrupción que eso implica, es algo peligroso porque el ciudadano no aprenderá la lección de que debe cumplir las leyes para salvar vidas. Seguirá creyendo que todo lo puede resolver con dinero.

Pero no nos molesta que asalariados de organismos norteamericanos de desestabilización, atrincherados en programas de radio, televisión, periódicos, partidos políticos y ONG, sean puestos en su lugar cuando intentan devolver el poder, a través de métodos violentos, a la burguesía de este país. Se trata simplemente de aplicar la ley.

La dolorosa muerte de una joven y dos niños, debe, en efecto, llamar a la reflexión a las autoridades sobre los métodos de captura de las bandas delincuenciales. Ya se ha hablado de eso y no abundaremos en detalles.

Buscan sus propios mártires

En el fondo, los opositores parecen lamentar que las muertes no se hayan dado frente al Consejo Supremo Electoral, en una de sus acostumbradas marchas desestabilizadoras pagadas con dinero contante y sonante de la CIA a través de organizaciones como el IRI, NED, USAID y otras, triangulando en muchos casos el dinero con ONG locales.

El caso dará para mucho odio más. No les bastará con que los policías involucrados en la terrible tragedia sean juzgados. La oposición –partidos políticos, medios de comunicación y ONG de derechos humanos, que se han convertido en su punta de lanza-, encontraron un asidero y no lo soltarán fácilmente.

No les bastará la cabeza de Aminta Granera, ellos están claros de lo que quieren: alzarse con el gobierno.

Dejémoslos que se consuman en sus ambiciones, rencores y envidias. Pero ante todo, no bajemos la guardia, estemos preparados.

 

 

 

 

 

 

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