Siguen las desconfianzas y el duelo verbal entre el estafador Gerardo Sánchez y el sujeto Frank Viales, quien parece no creerle “ni el bendito” a su interlocutor, lo que produce rabietas en el presunto “comandante Roberto Palacios”, que desea ser obedecido sin chistar.
Sánchez intenta calmarlo, pero el otro lo supera en la incontinencia verbal. Le vuelve a decir claramente que no confía en ellos, y el estafador busca impresionarlo diciendo que le enviará fotos de miembros de la Inteligencia Militar para que las suba a Facebook.
Viales se las pide, pero Sánchez ya está arisco y le pone cualquier excusa para no enviársela, básicamente, la misma que usa cuando una conversación con sus reclutas le resulta peligrosa o aburrida: que tiene que está en una “reunión virtual” o algo parecido.
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