Algunos obispos de Nicaragua habrían pedido al Papa Francisco la cabeza del actual nuncio Fortunatus Nwachukwu debido a su presunta inclinación hacia el gobierno sandinista, según da a entender un periodista ligado a temas religiosos.
Nwachukwu, nacido en Nigeria, fue nuncio hasta el 4 de noviembre y entregará el cargo a inicios de 2018. Fue trasladado a las Antillas Menores, donde tendrá numerosas responsabilidades, incluso mayores que las que desempeñaba en Nicaragua.
Según el periodista Israel González Espinoza, corresponsal de la agencia de noticias ReligionDigital.com de España en Nicaragua, Fortunatus Nwachukwu es visto como un factor decisivo de división entre los obispos de Nicaragua
“Fuentes eclesiásticas en Managua -que pidieron el anonimato-, confirmaron la noticia y aseguraron que el nuncio Kwachukwu seguirá en funciones hasta el mes de enero de 2018”, señala González.
Según el corresponsal de la web española, la “partida de Kwachukwu sucede un mes y medio después del encuentro de los obispos de Nicaragua con el Papa Francisco en el Vaticano, con ocasión de la visita «ad límina» que realizaron la semana del 11 al 16 de septiembre.
Según la emisora oficial del Vaticano, Kwachukwu fue asignado para representar los intereses diplomáticos de la ciudad-estado pontificio en Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda, Barbados, Jamaica, San Cristobal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Guyana y delegado apostólico para las Antillas.
Fortunatus Kwachukwu, nacido en Nigeria en mayo de 1960 fue nombrado embajador de la Santa Sede para Nicaragua a finales del año 2012 por el hoy Papa emérito Benedicto XVI. Hasta ese momento, era jefe del área de protocolo de la Santa Sede.
Según una entrevista realizada en junio de 2017 por el diario «La Prensa»; el nuncio aseguró: «Después de estar cinco años de ser jefe de Protocolo, nombrarme nuncio apostólico con el nivel de arzobispo para mí ha sido una alegría».
El periodista González toma partido y escribe: “A su llegada al país, Fortunatus Kwachukwu tenía frente a sí un Episcopado sólidamente unido y con una actitud de confrontación a la deriva totalitaria que venía mostrando tras las elecciones municipales de 2008 el gobierno del presidente Daniel Ortega. El actuar y pronunciamiento de los obispos era apoyado por el entonces nuncio apostólico Josef Henry Nowasky, de ascendencia polaca -igual que Juan Pablo II.
“Desde su llegada a Managua, Kwachukwu se esforzó por tener las mejores relaciones con el gobierno de Ortega; al punto que tuvo entrevistas exclusivas en medios propiedad de la familia presidencial (el corresponsal ya dijo que también lo entrevistó La Prensa) y se le pudo ver tanto en la inauguración del tercer mandato consecutivo del gobernante cuando el resto de los obispos de la CEN se ausentó del acto.
“También se le pudo ver dándole «consejos» a Fidel Moreno, secretario de la comuna capitalina cuando estaba en construcción el museo de Juan Pablo II, ubicado en el Malecón de Managua”, señala el reportero, como si eso fuese un grave delito. ¿A quién más le iba a pedir consejos Moreno? ¿No es acaso Nwachukwu un especialista en el Vaticano?
Y a menos que algún Obispo se lo haya dicho, González inventa lo siguiente: “A lo interno de la Iglesia, Fortunatus Nwachukwu es visto como un factor decisivo de división entre los obispos de Nicaragua, quién ha utilizado la persuasión para acercar a ciertos jerarcas católicos –sobre todo de la línea más conservadora y ambigua en sus declaraciones sobre la realidad nacional-, al gobierno de Ortega”.
¿Es decir que el nuncio cabildea entre el obispado a favor del presidente Daniel Ortega? ¿Y los obispos le hacen caso? Sí que son temerarias las afirmaciones de este corresponsal.
Y pese a que prácticamente justifica la separación de Nwachukwu de Nicaragua, el periodista asegura que la “partida de Kwachukwu abre un periodo de incertidumbre en la Iglesia nicaragüense, comenzando por el nombre del obispo que lo relevará y si el sucesor continuará una línea abiertamente favorable al gobierno”. ¿Entonces? ¿No es que el Papa Francisco había escuchado a los Obispos de Nicaragua que no querían al nuncio africano aquí?
Los pendientes que deja el nuncio nigeriano van desde el envío de la terna a Roma para la elección de un nuevo obispo en León, así como la creación de las nuevas dos nuevas Diócesis en la Costa Caribe con los respectivos nombramientos episcopales que terminaría de conformar un nuevo mapa dentro del tablero eclesiástico nacional.
El corresponsal de Religión Digital señala que desde ya suena fuerte una dupla compuesta “por Rolando Álvarez y Silvio Báez, -postulados como presidente y secretario de la CEN, respectivamente-, que contaría con el apoyo de Roma para concretar las reformas que el Papa Francisco desea en la Iglesia, incluida la de Nicaragua: Una Iglesia más cercana a los pobres y que apueste por los derechos humanos, y menos cercana al poder”.
Vale recordar que el nuncio Fortunatus Nwachukwu fue mal visto por la intransigente oposición en Nicaragua, incluyendo al diario La Prensa, que en diversas ocasiones manipuló declaraciones del religioso nigeriano.