Popularidad del Gobierno, “piedra en el zapato” de sus detractores

Una vez más, con la reedición de informes divulgados por el Departamento de Estado USA y sus financiadas dependencias como la llamada Transparencia Internacional, se pretende descalificar a priori y prejuiciadamente las próximas elecciones municipales de noviembre recurriendo al deteriorado caballito de batalla de la transparencia, libertad y democracia.

En su documento injerencista, el Departamento de Estado USA se refiere al Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, de “autoritario que se reforzó con los comicios nacionales del 2016, los que dejaron como resultado más concentración del poder, con un poder ejecutivo autoritario ejerciendo un control significativo sobre las funciones legislativas, judiciales y electorales”.

Lo cierto es que dicha entidad del gobierno de EEUU y sus organismos satélites jamás admitirán el inobjetable hecho de los rotundos triunfos electorales obtenidos por el Secretario General del FSLN, y por ello cada vez que se acercan elecciones realizan este tipo de campañas en donde el desprestigio y la descalificación son los ejes de ataque a un gobierno, que quieran o no, ha sido electo popular y democráticamente.

Es por eso que sus portavoces locales, conformados por un grupito de políticos resentidos, entre ellos el MRS, los ONG opositores y los medios de comunicación adversos al gobierno como La Prensa, repiten la lección, aprendida convenientemente, de sus benefactores económicos, al punto de referirse al mandatario Daniel Ortega como “el Presidente designado por el Consejo Supremo Electoral”.

Con este tipo de calificativos, que les son orientados desde el exterior por organismos que dependen financieramente del Departamento de Estado, como la NED, NDI, IRI, USAID, Soros y el mismo Transparencia Internacional, entre muchos otros, lo que verdaderamente quieren esconder estos que se llaman opositores, es su total inoperancia y falta de credibilidad, por lo que se aferran a esta forma de intervención en nuestros asuntos internos.

Los rotundos triunfos electorales y goce de popularidad del Presidente Daniel Ortega son hechos tan indiscutibles que han llevado a tal punto de desesperación de esta mal llamada oposición, que Carlos Fernando Chamorro, Director Ejecutivo del grupo Cinco y de Confidencial, se negó dar a conocer resultados de una encuesta financiada por NDI que ratificaban las inobjetables victorias electorales del líder sandinista y de paso reflejaba la inutilidad de la oposición.  

¿A un mandatario que gana una elección con más del 60% de los votos se le puede llamar “designado”?

En tanto, el trabajo que realiza Transparencia Internacional es muy conocido, aunque asegura ser una organización no gubernamental, es un organismo dependiente de la National Endowment for Democracy (NED), la principal agencia de intervención legal del gobierno de Estados Unidos. Por lo tanto, no resulta nada sorprendente que sus principales dirigentes estén íntimamente ligados a la CIA.

En Nicaragua, Transparencia Internacional trabaja mediante la Fundación Grupo Cívico Ética y Transparencia, OGN opositora al Gobierno de Nicaragua.

La supuesta labor de Transparencia Internacional es evaluar los presuntos índices de corrupción en los países a los que sus patrones les orientan y con el debido financiamiento para que “encuentren” los resultados previamente elaborados desde el Departamento de Estado USA, la CIA o la USAID, siendo la pregunta obligada: ¿Con qué autoridad moral viene a tildar a un país de corrupto? Si ellos lo menos que son es Transparentes.

Está bien claro el por qué y la razón en sus Índices de Corrupción siempre los países de izquierda son los que tienen la puntuación más alta. Este organismo nació como una nueva herramienta de los EEUU para justificar sus ataques a gobiernos que consideran hostiles a sus planes de dominación mundial.

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