Algunas preguntas que no tendrían razón de ser en un país conocido por exaltar sus valores religiosos: ¿Les importa realmente a los obispos de Nicaragua, agrupados en la Conferencia Episcopal, que sigan muriendo inocentes de todas las edades víctimas de la violencia propiciada incluso por algunos de ellos?
¿Por qué aceptaron ser mediadores si estaban claros de que apoyaban a los golpistas que pretenden tomar el poder a través de la violencia? Desde que decidieron abandonar el diálogo debido a que el gobierno no accedió a sus chantajes y a los de sus aliados golpistas, han muerto otras veinte personas. ¿En verdad están a favor de la vida? ¿Sienten alguna compasión por este país y sus ciudadanos?
¿Qué interés mueve a Silvio Báez, Rolando Álvarez y otros señores de sotana en esta orgía sangrienta? ¿Por qué ignoran a las víctimas sandinistas caídas a manos de los asesinos “pacifistas”? ¿Por qué reproducen de inmediato las mentiras que llegan a sus celulares, sin tomarse la molestia de confirmar si son falsas o no?
Tras los sucesos trágicos del 30 de mayo, iniciados por los vándalos financiados por el MRS, ONG opositoras y sectores de la oligarquía local, el periodista italiano Giorgio Trucchi planteó también otras interrogantes que vale la pena reproducir.
Este es un extracto de su artículo publicado el 2 de junio.
¿Quién saca provecho del caos?
“La pregunta es: ¿a quién benefician el caos y las muertes? Es algo tan obvio que casi asusta ver la falta de análisis en este momento, no sólo en Nicaragua, sino a nivel internacional.
“Veamos.
“Hay un gobierno que ha mostrado estar dispuesto a sentarse a una mesa de diálogo, a permitir el acceso al país de organismos internacionales de derechos humanos (hasta los más hostiles y parciales como Amnistía Internacional) para que investiguen y elaboren informes, a acatar las 15 recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a discutir el tema de la democratización del país que incluye reformas electorales y adelanto de elecciones (siempre y cuando no rompa el orden constitucional). Hay sectores de la sociedad que, desde la mesa de negociación, han aceptado este camino. Todos ellos ven el diálogo nacional como la única salida posible al conflicto.
“Pero también hay sectores de la autodenominada sociedad civil, movimientos políticos ultra conservadores sin representatividad popular, sectores conservadores de la jerarquía católica y la empresa privada, estudiantes conmocionados por las muertes y otros que son punta de lanza de movimientos que pretenden capitalizar políticamente la crisis, que apuntan a una sola cosa: la renuncia incondicional de Ortega, de su gobierno y de todas las autoridades públicas legalmente electas. Sectores que miran al diálogo como un obstáculo a su proyecto, a su venganza (de eso también se trata). Sectores que ya están infiltrados por elementos violentos.
“Vuelvo a la pregunta. ¿Quién saca provecho de esta situación de violencia y caos? ¿Acaso un gobierno que está abriendo espacios de diálogo y negociación? ¿Una oposición dispuesta a negociar y consensuar medidas para «democratizar» el país? No creo, no tiene sentido.
“¿Quién entonces? La respuesta es tan fácil como es tan absurdo que tanta gente caiga en este engaño de ciencia ficción. Es lo mismo que pasó y pasa en Venezuela, lo mismo que hicieron en Ucrania, en Libia, en Siria. Aunque el sandinismo esté lejos de ser un gobierno revolucionario, el imperialismo quiere que se pliegue a su voluntad, no quiere gobiernos independientes. Y la burguesía nicaragüense no quiere pagar impuestos para que el pueblo tenga la menor pobreza, la mejor educación y la mejor salud de la región. Lo que a su vez implica que sea el país con menos violencia en una zona, desde México hasta Costa Rica, ultra violenta.
“Porque si hay algo seguro es que la próxima movilización de la oposición será aún más grande, más gigantesca. Y posiblemente habrá más «daños colaterales». Seguir este camino, arrinconando y dejando sin salida a un gobierno y a un partido organizado y experto como el Frente Sandinista es peligroso. El temor es que generar una respuesta violenta de la masa sandinista sea lo que estos sectores persiguen, para luego capitalizar la conmoción mundial.
“Hay que volver al diálogo, a las reformas, al respeto del orden democrático y constitucional. Solamente aislando a los sectores que quieren capitalizar crisis y caos, Nicaragua podrá intentar salir del atolladero. Hay que dar una oportunidad a la paz”.
Texto completo en: https://www.lahaine.org/nicaragua-cuando-las-mentiras-ganan