Una prueba más de la incidencia que intentó tener el Ing. Enrique Bolaños en el gobierno del Dr. Arnoldo Alemán desde antes de que asumieran la presidencia de la nación. Al final, terminaron de enemigos.
“Poné a este, quitá a este otro, poneme en tal lugar, dame tales funciones”, era una diaria y larga letanía capaz de crisparle los nervios a cualquiera.
Hay quienes aseguran que Bolaños entregó a Alemán a la justicia debido a una especie de desquite por no haberle hecho caso nunca, ya que el huésped de El Chile llegó a considerarse el “jefe de jefes”, de acuerdo a como lo hacían sentir sus cercanos y la canción de los Tigres del Norte que le ponían a cada rato. La corrupción de su gobierno fue aprovechada por el rival que tuvo a la par durante largo rato. La venganza es un plato que se sirve frío y se come despacio…
Haga “click” en el PDF para ver el documento: