Castillos en el aire. Uno tras otro. El estafador y el piloto genocida al menos se distraían escribiendo tonterías en Facebook, y en su desesperación, lamentan que el MRS no quiera enfrentar militarmente al FSLN, el que de paso -dejan claro-, no le teme a sus antiguos aliados hoy en la acera de la derecha.
Información sobre presuntas zonas militarizadas a fin de impresionar al guardia somocista y sacarle dinero; la peregrina idea de una radio en la montaña con corresponsales en cada matorral para transmitir las “hazañas” de guerra. Cada uno, eso sí, tendría que cargar sus paneles solares para conectarse.
Lo gracioso es que el piloto somocista se traga todo y hasta se ve instalado en la cabina de la radioemisora, transmitiendo desde los pinares del norte de Nicaragua.
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