Aún no se termina de acomodar en su asiento la nueva embajadora de los EEUU en Nicaragua, Laura Dogu, y ya hay políticos de la derecha que la ven “abogando” en asuntos internos del país como lo son la gobernabilidad, derechos humanos y elecciones, como una política de sucesión practicada por los antecesores de esta funcionaria norteamericana.
De acuerdo a un ex funcionario del PLC, la embajadora Dogu, quien viene de la misión diplomática de EEUU en México, llega con el mismo mandato de su predecesora Phillys Powers de no inmiscuirse en política, pero el solo hecho de verter opinión sobre esos temas, sobre todo con el inicio de un proceso electoral en puertas, afectaría nuestra soberanía nacional.
Y es que dada su investidura y por el país que representa, tan venerado por muchos poderosos aquí en Nicaragua, estos sectores de la derecha esperan que la funcionaria estadounidense se involucre de lleno en los asuntos que ellos consideran de “prioridad”, tal como el mismo ex funcionario del PLC lo admite, lo hicieron otros embajadores de esa nación.
Juego de palabras
Definitivamente, para la nueva embajadora Dogu el asumir su cargo con la pronta apertura de un proceso electoral, constituirá un reto en cuanto al desempeño que la diplomacia entre los países exige para estos casos, sobre todo en lo referido a la posibilidad de verse involucrada en situaciones que tienen que ver de forma directa con la política del país.
La dualidad en la forma de ver la cosas por parte del ex funcionario del PLC sobre lo que podrían ser las relaciones de la funcionaria con el Gobierno, es, por un lado, que además de respetuosas al final sean cordiales, pero al mismo tiempo habla de elecciones “viciadas” desde el 2006, entre otros desaciertos, queriendo formar un criterio erróneo en Dogu.
Ingenuamente, este político de derecha dice que el nombramiento de la nueva Embajadora, confirmado de forma expedita por el Congreso de su país, se debe a sus múltiples cualidades, que los EEUU no tienen un interés específico, pero es muy probable que fuera enviada por ser la persona idónea para ellos en la misión de observar el proceso electoral desde su inicio a su final.
Finalmente, aunque el político liberal constitucionalista expresó que la diplomática Dogu no viene a causar “turbulencias” al proceso electoral, dejó una especie de advertencia bastante sumisa, de que recordáramos a los EEUU como nuestro principal socio comercial y que ellos tienen mucha influencia en los organismos financieros internacionales.