Dinero para conspirar y una red controlada por el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp), que se movilizará de inmediato cuando uno de sus miembros sea tocado por las autoridades constituidas de Nicaragua, a fin de gritar que están siendo violentados sus derechos humanos.
Los del Ieepp ubican como su mano derecha al Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), y consideran incorporar a otras ONG opositoras como CPDH, ANPDH, Movimiento Autónomo de Mujeres, Ética y Transparencia, Movimiento por Nicaragua y Movimiento Juventud Nicaragüita.
Por pura “casualidad” los escogidos reciben financiamiento del exterior, sobre todo del gobierno de los Estados Unidos a través de organismos manejados por la Central de inteligencia Americana (CIA), aunque les incomode reconocer esto a los ONG que tienen origen en la revolución sandinista.
Todo gira en torno a un escenario hipotético –y deseado al parecer-, en el que ven a sus promotores o agentes, y a los periodistas de los medios de comunicación opositores, siendo perseguidos por las autoridades de Nicaragua. El Ieepp señala que tiene una red conformada por 64 hombres y mujeres de prensa.
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