Para algunos es una especie de “bullying” en contra de Nicaragua y en realidad eso parece. Enfrentamos actualmente a un montón de medios de comunicación de la derecha latinoamericana, española y de otras latitudes, cuyos dueños oligarcas buscan destruir moralmente al pueblo sandinista que apoya incondicionalmente al FSLN.
Es en efecto “bullying” –y del peor-, lo que estamos sufriendo en la desesperación por impedir que el sandinismo continúe en el poder con una montaña de votos. Y ese acoso no es más que una expresión del “golpe suave” o “revolución de colores” que la ultraderecha norteamericana y europea ha impulsado en diversos países, donde han tumbado a sus presidentes.
Es el turno de Nicaragua y se nos han venido encima con todo. Llevan años tejiendo las redes del “golpe suave” a través del MRS y las ONG opositoras. Han fracasado estrepitosamente debido a que sus planes han sido desbaratados, por lo que resurgen en el imperio siniestros personajes como Ileana Ros-Lehtinen, que se ha hecho cargo de la desestabilización, eso sí, utilizando a sus deteriorados títeres locales.
El “killing me softly”
Resumidos, estos son los pasos para una “revolución de colores” o “golpe suave”, una nueva forma de los sectores injerencistas de Estados Unidos para imponer su voluntad en América Latina y otras partes del mundo de manera cruenta, pero disfrazando la violencia:
Primera etapa: Llevar a cabo acciones para generar y promocionar un clima de malestar. Entre dichas acciones destacan la realización de «denuncias de corrupción y la promoción de intrigas».
Es lo que han hecho con profusión el MRS, CENIDH, la CPDH, ANPDH, IEEPP, CINCO, La Prensa, Confidencial, Movimiento por Nicaragua, etc., etc. Para esta gente nada de lo que haga el gobierno es bueno, pese a que la población piensa de otra manera, lo que ha quedado reflejado fielmente en las encuestas.
Cinismo como divisa
Segunda etapa: El desarrollo de intensas campañas en defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos, acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el Gobierno en el poder.
¿Quién no ha visto este comportamiento del MRS y las ONG opositoras en Nicaragua? El cinismo es tal, que se la pasan diciendo las peores cosas en contra del presidente Daniel Ortega y otros dirigentes del FSLN, no obstante, el discurso hacia el exterior es que aquí no existe libertad de expresión.
Lo que ha cambiado en este sentido, es que la familia Chamorro no posee ya la hegemonía de los medios de comunicación, aunque sí mantiene nexos con sus pares en América Latina, con los que han conformado un conglomerado que responde a sus particulares intereses económicos y que defienden de paso las posiciones políticos de los Estados Unidos.
Marchas violentas y amenazas
Tercera etapa: Es la lucha activa por presuntas reivindicaciones políticas y sociales y la promoción de manifestaciones y protestas violentas, amenazando las instituciones.
Sin haber tenido éxito en los dos primeros postulados, los golpistas en Nicaragua han incursionado también en el tercer ciclo del manual de Gene Sharp. Amenazaron con imponer su voluntad marchando los miércoles hasta la rotonda de Metrocentro, hasta que desistieron por “falta de quórum”, ya que nadie los acompañaba.
Fueron quizás las marchas más vergonzantes y desoladas que se han visto en Managua desde hace mucho tiempo, “sazonadas” de vez en cuando por las peleas a garrotazos y pedradas que escenificaban entre los bandos que reclamaban mayor protagonismo.
Han hecho otros intentos violentos en las marchas en contra del canal interoceánico jefeadas por cuadros políticos del MRS, sin embargo, la población también les ha dado la espalda.
Un paso guiado por la Ros-Lehtinen
Cuarta etapa: Se trata de la realización de operaciones de guerra psicológica y desestabilización del Gobierno, creando un clima de «ingobernabilidad».
Es precisamente lo que busca la nueva jefa del MRS y las ONG opositoras, Ileana Ros-Lehtinen con la ley impulsada en el Congreso gringo. Convencida ya de que sus empleados locales han fracasado, la “halcona” se lanza de frente en busca de atemorizar a los votantes, a través de acciones que provoquen ingobernabilidad por falta de recursos económicos.
En este caso se trata de una medida desesperada, habida cuenta de que han fallado en la implementación de los puntos anteriores. Aunque cabe señalar que la ofensiva en contra del sandinismo implica la combinación de todas las técnicas del “golpe suave”, así que tendremos que pararnos muy en firme.
Su “ofensiva final”
Quinta etapa: Tiene por objeto forzar la renuncia del Presidente mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en la calle. Paralelamente se va preparando el terreno para una intervención militar, mientras se desarrolla una guerra civil prolongada y se logra el aislamiento internacional del país.
Es el llamado de Dora María Téllez y su protegida Ana Margarita Vijil Gurdián, al igual que el de Violeta Granera, Vilma Núñez, Carlos Fernando Chamorro, de los dueños de La Prensa y de las ONG opositoras.
A sabiendas de que no tienen ninguna oportunidad en los comicios del 6 de noviembre próximo, pasaron a una especie de “ofensiva final” con tintes melodramáticos, tratando de hacer creer que el pueblo los acompaña en su cruzada golpista pese a la “gran represión” de que es objeto.
La realidad es totalmente diferente
A lo interno es fácil que la gente se percate de la gran farsa. ¿Quién no se rió de los resultados de las marchas en la rotonda de Metrocentro? ¿Dónde están las víctimas de la “brutal represión”? ¿Cuáles son los medios de comunicación acallados? ¿Cuántos periodistas han sido asesinados?
Por el contrario, Nicaragua es el país más seguro de Centroamérica y compite en ese rubro con otros de América Latina. La economía es pujante, lo que ha sido reconocido por los organismos internacionales de financiamiento, esos que la Ros-Lehtinen, Granera, Chamorro, Núñez, Téllez y demás, intentan alejar de nuestro país sin importarles el daño que podrían ocasionar al pueblo.
¿Es que acaso el pueblo ignora que el Fondo Monetario Internacional (FMI), retiró su oficina de Nicaragua en agosto pasado debido a la confianza por los buenos resultados macroeconómicos y financieros del país?
¿No es Nicaragua el muro de contención de las maras y el narcotráfico? ¿No pueden acaso los Chamorro, Granera, Núñez y demás especímenes políticos desplazarse tranquilamente por todo el territorio sin temer por sus vidas? Eso es algo que no puede hacer cualquier opositor en Centroamérica.
En fin, no pararíamos de enumerar las razones por las que el pueblo e incluso la empresa privada y los trabajadores organizados apoyan al gobierno de Daniel Ortega, al que han decidido brindarle otra oportunidad a fin de que el país continúe por un buen derrotero.