Tras el asesinato de Gaddafi llegó el terror

¿Qué ganó el mundo con el asesinato de Muammar Gaddafi, sus hijos y miles de ciudadanos libios? La mayoría nada, pero sí Estados Unidos y algunas naciones europeas, entre ellas Turquía, que compran a través de vías “clandestinas” el petróleo que los terroristas del Estado Islámico les venden haciéndolo pasar como si fuera de Arabia Saudita.

Libia era una nación cuya población vivía en paz y con un alto nivel de vida, pese a las críticas que desde el exterior pudieran hacer al coronel Gaddafi. Desde otras naciones de África e incluso de Europa, llegaban migrantes en busca de trabajo en diferentes áreas.

Pese a ser una nación musulmana, en Libia las mujeres gozaban de muchas libertades, de esas que gustan en el mundo occidental.

El apocalipsis

Pero tras la caída del gobierno de Gaddafi, llegó el apocalipsis. Se entronizaron grupos de fanáticos religiosos alentados por Estados Unidos y Europa, y la población de Libia vio destrozado su paraíso por una “primavera árabe” que más bien parece un despiadado verano cuyo bochorno no tiene visos de acabar.

Miles de personas están huyendo de Libia y a este éxodo se unen ciudadanos de Irak y Siria, donde al igual que en la tierra de Gaddafi, ahora reina el terror gracias a la omnipresencia del Estado Islámico o Isis.

A la huida de la población de los países afectados por los “golpes suaves”, se han unido millones de habitantes de diversas naciones africanas, lo que había sido advertido por Muammar Gaddafi meses antes de ser asesinado.

Gaddafi lo advirtió

La migración masiva de refugiados que está cruzando las fronteras europeas seguramente es una sorpresa para los políticos occidentales, pero no lo sería si hubieran escuchado las declaraciones Gaddafi.

«Habrá millones de negros que llegarán al Mediterráneo para cruzar Francia e Italia y Libia juega un papel en la seguridad en el Mediterráneo», aseguró el exlíder libio en su entrevista a la cadena de televisión France 24 en 2011, meses antes de ser asesinado. «Libia puede convertirse en la Somalia del norte de África», aseguró.

En su entrevista concedida a RT el dirigente libio fue aún más explícito. «En Libia, a lo largo de 2.000 kilómetros de costa mediterránea, todo está estable. Además, somos una puerta hacia Occidente, a través de la cual millones de africanos tratan de ingresar a Europa.

“En este caso, cooperamos con los países europeos. Si la situación se vuelve inestable, entonces (…) Libia se transformará en un segundo Afganistán: millones de inmigrantes se dirigirán a Europa, lo cual repercutirá en toda la región del Mediterráneo».

También su hijo

«Veremos a los piratas atacando en Sicilia, en Creta, en Lampedusa. Ustedes verán a millones de inmigrantes ilegales. El terror está a la vuelta de la esquina», predijo también, citado por New York Daily News, uno de los hijos de Gaddafi, Saif Al-islam, que ahora se encuentra en el corredor de la muerte en espera del pelotón de fusilamiento.

Cuatro años más tarde, no cabe la menor duda de que las profecías de Muammar Gaddafi y su hijo eran ciertas. Las “primaveras árabes”, apoyadas por Occidente y las intervenciones militares lideradas por Estados Unidos en Oriente Medio, se consideran los factores principales que han provocado el éxodo masivo de estas personas.

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