Una cita histórica con el Papa

La paz en Medio Oriente, el terrorismo y la libertad religiosa fueron temas clave de la reunión entre el líder iraní y Francisco. El vaticanista Francesco Peloso analiza que “no es más el Vaticano aliado al llamado Eje Atlántico”.

 

El rol que Irán está llamado a desempeñar en la crisis de Medio Oriente contra el terrorismo fue uno de los temas principales abordados ayer por el papa Francisco y el presidente de Irán Hassan Rohani, en el encuentro privado que mantuvieron en el Vaticano. Se trató de 40 minutos de audiencia en esta primera visita a Europa de Rohani –Italia, Vaticano y Francia– después de la firma del pacto nuclear con Estados Unidos. Otros temas del coloquio, precisó un comunicado de la Santa Sede, fueron la libertad religiosa y la conclusión y aplicación del acuerdo nuclear. Sobre el rol de Irán en la paz de Medio Oriente el comunicado especificó que se trata de elaborar propuestas para enfrentar “la difusión del terrorismo y el tráfico de armas”.

Rohani llegó el lunes a Roma no sólo para visitar al Papa y a las autoridades italianas, sino para participar de un Forum económico junto a unos 120 empresarios de su país, organizado por los industriales italianos, y para firmar una serie de contratos y acuerdos bilaterales que según la prensa girarían en torno de unos 17 mil millones de euros.

El encuentro con el pontífice, donde también se habló de la importancia del diálogo interreligioso, terminó con un “Rece por mí”, la frase que el papa argentino dice cada vez que concluye un discurso o una audiencia o un encuentro con los fieles. Pero esta vez fue Rohani, líder religioso también él, quien la pronunció primero.

Se los vio sonrientes, ambos vestidos con sotanas contrastantes, una blanca y otra negra. Pero el diálogo parece no haber sido un contraste. Se hicieron regalos, una alfombra persa y un libro en miniatura para el Papa, la encíclica Laudato Si en inglés y en árabe –porque no hay una versión en farsí, idioma de Irán– y el medallón de San Martino para Rohani. El presidente iraní había llegado al Vaticano rodeado de impresionantes medidas de seguridad. Unos 27 autos todos iguales y algunas motos acompañaron a la comitiva hasta los portones de bronce de la Santa Sede.

Francesco Peloso, periodista vaticanista italiano, que colabora con diarios como L’Unita y la sección Vatican Insider de La Stampa de Turín, y ha publicado recientemente un libro sobre las finanzas vaticanas, La banca del Papa (El banco del Papa, Ed. Marisilio Nodi), piensa que el de ayer fue un “encuentro histórico” en la actual coyuntura internacional. Es la segunda vez que un presidente iraní pisa el Vaticano después de la visita de Mohamed Khatami a Juan Pablo II en 1999.

–El papa argentino –dijo a Página/12– ha colocado a la Santa Sede en un nuevo escenario internacional. No es más el Vaticano aliado al llamado Eje Atlántico sino que la Iglesia de Bergoglio es una Iglesia que se mueve de modo independiente en el plano internacional y que busca el diálogo y los intereses comunes con todas las grandes realidades del mundo contemporáneo. La idea de Bergoglio es un mundo multipolar. Y no lo dice formalmente, lo aplica. Es decir, habla con Putin, habla con Obama al mismo nivel. No hay más una ligazón de hierro como antes, entre Estados Unidos y el Vaticano, por eso habla con todos, incluso con los líderes de los países emergentes como Irán.

–¿Algún otro factor ha ayudado a este encuentro?

–Otro factor es que las relaciones diplomáticas entre Irán y el Vaticano nunca se han roto. Es más, han sido cultivadas de modo discreto, a nivel de diálogo teológico. Existe una comisión integrada por ambas partes que se reúne desde hace años para discutir sobre temas teológicos.

–Teniendo presente los dos componentes principales del Islam, el hecho de que la Santa Sede esté más cerca de Irán, que son chiítas, y no de los sunnitas como Arabia Saudita y otro países, ¿podría ser negativo para la relaciones de la Santa Sede con otros países musulmanes?

–Creo que no. El Vaticano ha trabajado con las dos componentes del Islam. Hoy el mundo sunnita está dividido, no hay interlocutores fuertes. La última institución con la que se hablaba era Al Azhar, la universidad sunnita más importante del mundo que está en El Cairo, con la cual surgieron algunos problemas en época de Benedicto XVI. Hoy el mundo sunnita está en grandes dificultades, con divisiones importantes y problemas de fundamentalismo. Las relaciones con el mundo sunnita la Santa Sede las aplica de modo menos visible cuando insiste en la recepción de los inmigrantes. No nos olvidemos que una grandísima parte de los inmigrantes que llegan a Europa de Medio Oriente y de Africa son sunnitas. Cuando la Iglesia asume una posición humanitaria a favor de ellos, le está hablando a aquel mundo.

–¿Irán ha cambiado en todos estos años?

–Irán ha salido de una fase en la que era considerado un “estado canalla” a esta nueva fase. No es, en mi opinión, un país reformista. Sigue habiendo condenados a muerte, es una potencia militar. Pero la situación internacional ha cambiado y el Vaticano lo tiene en cuenta. Irán tiene un peso fuerte en la crisis siria. El Papa tiene presente esto y habla con todos los interlocutores que puedan detener la guerra en Siria, desde Rusia a Irán.

–¿El encuentro del Papa y Rohani podría ser positivo para el mundo islámico en general?

–No creo que sea posible hablar de reacción única. Los países musulmanes son muy distintos, Marruecos, Turquía, Libia, Egipto, Irán, etc. El Papa estuvo en Estambul pero las relaciones de Turquía con el Vaticano son difíciles. Seguramente el de hoy (por ayer) ha sido un encuentro importante y ayudará al diálogo con el Islam. Pero el Islam son tantas cosas distintas. La cuestión sunnita está sobre la mesa. Los sunnitas no logran conseguir un líder fuerte que hable con el pontífice. Este Papa que es una ocasión para los países que quieren avanzar con el diálogo y la colaboración…

Ningún Papa ha visitado Irán hasta el momento aunque se han mantenido las relaciones diplomáticas entre los dos estados. Algunos esperaban que de esta visita de Rohani surgiera una invitación, pero hasta ahora nada trascendió. En 2010 según fuentes diplomáticas iraníes, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad había invitado a Benedicto XVI a visitar su país. Visita que por lo demás nunca se concretó. En febrero de 2015, el papa Francisco recibió en el Vaticano a la vicepresidenta de la República Islámica de Irán, la jurista Shahindokht Molaverdi. La vicepresidenta iraní dijo en ese momento haber apreciado la condena del Papa sobre el uso y abuso de la religión para justificar la violencia. Claramente se refería a los extremistas del Estado Islámico (EI) con los que Irán no tiene ningún punto de contacto, no sólo por el uso indiscriminado e injustificado de la violencia, sino porque los fanáticos del ES se dicen sunnitas mientras Irán es chiíta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *