Una victoria casi olímpica de Dilma

Apremiado por posibles nuevas renuncias de ministros y la sangría de votos en el impeachment, el presidente interino Temer intentó acortar los tiempos del enjuiciamiento a Rousseff para que termine antes del evento deportivo. Pero el intento se frustró.

 

Victoria, casi olímpica, de Dilma. El Senado aceptó ayer prolongar el juicio político contra la presidenta suspendida del cargo hasta después del inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, a principios de agosto, cuando se prevé que ocurrirán manifestaciones contra el golpe parlamentario en respaldo de Michel Temer.

Ante el pedido de los senadores del PT y del defensor de Dilma, el ex ministro de Justicia José Eduardo Cardozo, el titular de la Comisión Especial de Impeachment Raymundo Lira finalmente decidió extender el enjuiciamiento hasta mediados o fines de agosto frustrando al gobierno de excepción.

El jefe de la Comisión de Impeachment Lira pertenece al Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del cual es presidente licenciado Temer. De esa manera el organismo donde se sustancia el proceso contra Rousseff revisó el anuncio formulado la semana pasada cuando había acortado de 15 días a 5 el plazo para que la acusación y la defensa presentaran sus argumentos, pruebas y testimonios.

Esa embestida finalmente frustrada ocurrió contemporáneamente a la divulgación de nuevas grabaciones de miembros del PMDB en las que confesaban que el plan para tumbar a Dilma tenía como premisa abortar las investigaciones de corrupción en perjuicio de la petrolera Petrobras.

Esas cintas suscitaron críticas de legisladores que apoyaron la apertura del juicio político como el ex crack Romario, quien renunció a la Comisión advirtiendo que podría cambiar de postura y votar por la inocencia de la mandataria separada de su cargo desde el 12 de mayo.

Apremiado por una crisis doble, posibles nuevas renuncias de ministros y sangría de votos en el impeachment, Temer intentó un golpe dentro del golpe. El cual consistió en apremiar a Dilma, limitándole los viajes en aviones oficiales – a los que tiene derecho para realizar actos en todo el país y presionar a su correligionarios del PMDB, como Lira, para que se cierre en tiempo record el impeachment, antes de que se inicien los Juegos Olímpicos el 5 de agosto cuando se aguarda la llegada de decenas de mandatarios a la ceremonia en el Estadio Maracaná a la que asistirán más de mil millones de televidentes.

“El gobierno intruso fracasó porque quería atropellar los plazos para que una presidenta elegida democráticamente pueda defenderse demostrando con pruebas las artimañas que hay detrás de este golpe” afirmó la senadora petista Fátima Bezerra.

“Ese presidente inconstitucional quería terminar todo antes de las Olimpíadas, el cree que puede ocultarle al mundo que esto es una farsa. El mundo va ver que esto es un golpe, como dijo ayer el diario The New York Times, este gobierno es medalla de oro en corrupción”.

La senadora Bezerra y sus compañeros del bloque petista eran todo sonrisas ayer en el Congreso mientras en el Palacio del Planalto Temer ratificaba en sus cargos a dos ministros, el Abogado General de la Unión Fabio Medina Osorio y el titular de Turismo Henrique Alves, éste último sospechado de corrupción.

Visita sin foto

La enviada del presidente estadounidense Barack Obama a Brasil, Mari Carmen Aponte, preguntó a las autoridades sobre la marcha del impeachment contra Dilma precisamente luego de la acalorada sesión de la semana pasada en la que el oficialismo intentó imponer con forceps la abreviación del proceso, informó Folha de San Pablo.

A pesar del respaldo dado por Washington al gobierno provisional, la secretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental Aponte no aceptó hablar con la prensa ni fotografiarse junto a Michel Temer, en su breve visita a Brasilia el viernes pasado.

Según Folha para el Planalto era vital concluir con el impeachment antes de la cita olímpica para posteriormente recibir “alguna llamada presidencial (de Obama), una visita del canciller José Serra a Washington o el viaje de una alta autoridad de Estados Unido a los Juegos de Río”.

Con la decisión del Senado anunciada ayer quedó abortada la posibilidad de que Temer reciba algún representante de Obama, o al propio Obama, en calidad de jefe de estado definitivo.

El caso es que transcurridas casi cuatro semanas desde el inicio de la nueva administración ésta no ha logrado el respaldo explícito de la mayoría de los gobiernos latinoamericanos, del grupo BRICS ni de las potencias occidentales.

Ayer el Ministerio de Relaciones Exteriores anunció su disposición a enviar medicamentos y ayuda humanitaria a Venezuela donde se observa un proceso de “radicalización política”.

“Queremos asegurar que el gobierno brasileño apoya las iniciativas constructivas que promuevan el entendimiento entre el actual gobierno venezolano y la oposición”, dice la nota divulgada por la Cancillería, casi un mes después de que Nicolás Maduro convocara al embajador Alberto Castelar, como forma de repudio al “golpe contra la primera mujer elegida de Brasil” .

La anomalía institucional brasileña y la crisis venezolana ponen en riesgo la celebración de la cumbre de presidentes del Mercosur que debiera ocurrir este mes en Uruguay, que concluye su mandato pro tempore, y cuyo gobierno también observa con reservas el interinato de Temer.

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