Al borde del colapso petróleo mexicano

El petróleo mexicano está tocando los niveles más bajos de su historia. La crisis mundial en los precios del crudo han llevado a la mezcla mexicana de exportación hasta el piso de los 20,70 dólares por barril. La inestabilidad en la producción mundial de petróleo y la caída de los crudos de referencia, como el West Texas y el Brent, han llevado al límite a la producción mexicana hasta situarla como una de las menos costosas del mundo.

 

Ante la crisis, Petróleos Mexicanos (Pemex) –la compañía estatal– ha salido en defensa de su barril. La empresa estima que el coste promedio de la unidad de crudo mexicano puede ser rentable con un valor de 10 dólares, e incluso de 7 dólares si se trata de producir petróleo en las aguas someras del Golfo de México, su especialidad. “Las actividades de producción de Pemex continúan siendo rentables aun con la disminución reciente en las cotizaciones internacionales de los hidrocarburos”, explica Pemex. Estos costes son inferiores a los de firmas como ExxonMobil, BP, Chevron, Shell, Petrobras y Eni.

El abismo parece no tener fin. En los primeros 15 días del año la mezcla mexicana de exportación perdió casi un 25% de su valor y el descenso en los precios puede prolongarse un poco más, según los analistas. En bancos de inversión como Goldman Sachs y Morgan Stanley estiman que los petróleos de referencia podrían alcanzar los 20 dólares, lo que representaría un descenso aún mayor para el crudo mexicano.

La Hacienda mexicana asegura que está preparada para lo peor y desde el año pasado –cuando el barril estaba en los 40 dólares– adquirió coberturas (una especie de seguros) para garantizar los presupuestos como si la unidad se vendiese en 49 dólares. Un salvavidas para el 2016, pero que podría complicarse para el próximo año.

La preocupación por la caída del precio del barril también la ha llevado el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, a Arabia Saudí. La semana pasada, durante un viaje para promover la reforma energética entre los empresarios árabes, Peña Nieto ha explicado las oportunidades de negocios que éstos podrían tener en México y también ha pedido una reflexión sobre las negociaciones para estabilizar la producción mundial de petróleo.“Vivimos tiempos exigentes en el mercado energético global, que los países debemos atender con responsabilidad compartida y visión clara de futuro. Por eso, es importante que productores y consumidores de energía, promovamos el intercambio de información oportuna, y trabajemos en la construcción de consensos internacionales”, ha dicho en un foro energético en Raid.

La presión que el petróleo mexicano puede soportar aún tiene un margen siempre y cuando Pemex emprenda ajustes, señala Dante San Pedro, abogado energético. La reforma energética le permite hacer alianzas y revisar los contratos que celebró cuando el crudo todavía se situaba en 100 dólares. “Pemex deberá seguir desarrollando y afinando aquellos yacimientos en aguas someras que no son costosos, aunque éstos se han ido agotando y los que quedan son cada vez más complejos”, apunta San Pedro.

Los proyectos a largo plazo, tanto de Pemex como de las compañías que empezarán a invertir en México, pueden encontrar algunas oportunidades en medio de un sector deprimido. “La canasta de precios de los servicios debe estar a precios bajos, por lo que no es mal momento para invertir en proyectos para el futuro”, explica San Pedro. El petróleo mexicano tendrá que buscar opciones para no perder demasiado mientras la industrial mundial consigue estabilizarse.

 

 

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