Prensa Latina
El mundo sabe que el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba es una política genocida y criminal, la cual daña al pueblo de la isla, y más en medio de la pandemia de Covid-19.
Así dijo en declaraciones exclusivas a Prensa Latina el representante permanente de Cuba ante Naciones Unidas, Pedro Luis Pedroso, cuando faltan solo pocas horas para la votación mañana en la Asamblea General del proyecto de resolución que pide el fin de ese cerco.
El Informe Cuba vs Bloqueo ha ganado en profundidad y claridad a la hora de explicar a la comunidad internacional la realidad de ese mecanismo y su impacto negativo en la calidad de vida de todos los cubanos, incluidos los que residen fuera de la isla, apuntó vía correo electrónico.
‘Al inicio de la presentación de esta resolución, hace casi 30 años, no muchos entendían lo que significaba el bloqueo y su verdadera dimensión de política asesina, de acto de guerra encubierta contra un pueblo. Poco a poco fuimos explicando al mundo y se fue ganando en entendimiento acerca de su naturaleza contraria a la Carta de las Naciones Unidas y violatoria del derecho internacional. El consenso alcanzado actualmente no se obtuvo con palabras vacías, sino con argumentos sólidos”, afirmó el embajador cubano.
Además, continuó, el bloqueo estadounidense califica como un acto de genocidio a tenor de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948, por su declarado propósito y el andamiaje político, legal y administrativo en el que se sustenta.
Pedroso señaló que existen numerosas regulaciones, documentos y hasta legislaciones, como la nefasta Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas o Ley Helms-Burton de 1996, que revelan los engranajes del cerco económico, comercial y financiero impuesto por Washington.
La Ley Helms-Burton, enfatizó, codifica las disposiciones del bloqueo y amplía su alcance extraterritorial, mediante la imposición de sanciones a directivos de empresas extranjeras que realicen transacciones con propiedades estadounidenses nacionalizadas en Cuba y la posibilidad de presentar demandas en tribunales de Estados Unidos.
Asimismo, agregó, limitó las prerrogativas del presidente norteamericano para suspender el bloqueo.
‘Por primera vez en la historia, el 2 de mayo de 2019 el gobierno estadounidense de Donald Trump anunció que se permitiría la presentación de demandas en cortes de Estados Unidos al amparo de esa legislación, lo cual ha funcionado como una medida disuasoria para cualquier intento de inversión extranjera en Cuba’.
A medida que hemos sido capaces de explicar esos elementos y exponer claramente la realidad de la incidencia del bloqueo sobre el pueblo cubano, subrayó el embajador cubano, se logró el consenso de la comunidad internacional, que ya en 28 ocasiones anteriores apoyó en ONU la resolución a favor del levantamiento de ese mecanismo.
‘Es nuestro pueblo quien se merece el rico debate que vemos cada año. Es nuestro pueblo quien más sufre el impacto del bloqueo y de las medidas que lo han recrudecido durante el último año y medio, aun en tiempos de pandemia’.
Debido a la crisis sanitaria, la presentación del proyecto de resolución que pide el fin del cerco de Estados Unidos contra Cuba no pudo celebrarse en 2020. Según explicó Pedroso, el último ha sido un año de múltiples cambios en los formatos de trabajo no solo de la Asamblea General, sino de todos los órganos de la ONU.
Las sesiones virtuales, la reducción en el número de los miembros de las delegaciones nacionales presentes en sala, la limitación en el acceso a determinado número de delegados en espacios de reunión cerrados, entre otras medidas de control epidemiológico se adoptaron desde que la pandemia tomó la ciudad de Nueva York como epicentro, rememoró.
Todo esto conllevó a que muchas reuniones programadas en la sede de la ONU se retrasasen o postergasen, mientras otras cambiaron las formas en que tradicionalmente sesionaban, indicó.
En el caso del debate de la resolución cubana contra bloqueo, el cual ocurre tradicionalmente en fecha cercana al inicio del periodo de sesiones de la Asamblea General, en los meses de octubre y noviembre, se decidió posponerlo para la segunda mitad, detalló el diplomático.
Tal determinación, dijo, se tomó con el objetivo de que todos los Estados miembros de la ONU pudiesen participar y estar representados en este evento de tan importante magnitud para el pueblo de Cuba.