El Real Madrid (casi) fuera de la Champions

«¿Si nos hemos despedido de la Liga? No, porque somos el Real Madrid. Aún hay tiempo”. Dijo anoche Emilio Butragueño. Insisto, repito lo que llevo diciendo desde hace muchas semanas: hay tiempo, sí, eso también lo repite Zinedine Zidane, más que sus futbolistas, pero es que el tiempo que ellos no cuentan es el tiempo que existe (como se demuestra jornada tras jornada en esta Liga esperpéntica) para que el Real Madrid, campeón de todo en estos momentos, aún vaya a peor, a mucho peor. Es más: ya va a peor, pues, en estos momentos, están casi fuera de la Champions, no solo a 16 puntos del Barça (con un partido menos) sino que es cuarto, con el Sevilla pegadito (a tres puntos) y el Villarreal (a cuatro).

 

El problema del Real Madrid no es solo el Real Madrid, no es solo que Cristiano Ronaldo, que se sigue creyéndose el mejor futbolista de la historia, ya no se va de nadie ni marca, sino que tiene muchos otros equipos por delante mejores que ellos, entre ellos ese bestial PSG, que ayer pasó su eliminatoria de Copa con otra goleada (1-6). Pero sí, como diría Pep Guardiola, lo que más se le envidia al Real Madrid es que nunca tira la toalla, aunque esta vez el socavón parece enorme y el tsunami europeo que se le viene encima puede hacer que, a finales de febrero (es decir, el mes que viene), ya no tenga objetivo que cumplir.

Nadie en el Barça abrirá la boca sobre este asunto, es decir, sobre el tema de que el peor enemigo está a años luz del conjunto azulgrana. Y menos sabiendo cómo es Ernesto Valverde. “A lo que los demás llaman ‘euforia’, nosotros le llamamos ‘estar contentos’. Aún no hemos ganado nada”, dijo el sábado, antes de recibir al Levante y hacer, al igual que ocurriera, antes de Navidades, en la espectacular segunda parte del Bernabéu, un extraordinario primer tiempo. Lo que no deja de ser sorprendente es que el positivismo que debería rodear la extraordinaria trayectoria del Barça de Valverde se vea teñido de duda, de sospecha, con un argumento tan idiota como que al ‘Txingurri’ se le pueden complicar las cosas ahora que tiene, de nuevo, a Dembélé y le llega el fabuloso Coutinho. Ya hay, ya, voces en el entorno azulgrana que dicen que eso podría romper el equilibrio que existe en el equipo cuando, si algo ha demostrado Valverde, es poseer una inteligencia, una profesionalidad y un libro de estilo ideal para poder administrar, mejor que nadie, todos sus recursos.

Los que necesita para no caer, tal vez, en la crisis que se encuentra en estos momentos el Real Madrid, que hace solo algunos meses había reforzado su plantilla con un racimo de jugadores jóvenes extraordinarios, que, según ‘la cofradía del clavo ardiendo’, le aseguraba aumentar anualmente su libro de oro hacia el año 2025, es crear competencia en su plantilla. Ni uno de los ‘chicos del futuro’ blanco está entrando en los planes del modelo de Mango, ni siquiera cuando los titulares dan muestras de necesitar un descanso ¡ya!

No fue un domingo cualquiera en la oficina. Sí para Valverde, que siempre ve las cosas con enorme distanciamiento y serenidad. Tampoco para ‘El Buitre’ (“somos el Real Madrid”), ni siquiera para Zidane, que insiste en que su reloj de arena aún no se ha detenido.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *