La periodista y actriz emociona a los Globos de Oro con un discurso aguerrido y emotivo contra el racismo y el acoso sexual.
Habló de racismo y acoso sexual. Provocó lágrimas y rabia. Dejó carne de gallina, y palabras para el recuerdo. Reese Witherspoon la presentó así: “Cuando Oprah habla, todo el mundo se para y escucha”. Enseguida, Winfrey subió al escenario a recoger el premio Cecile B. Demille a toda una carrera. Empezó su discurso. Y, en efecto, los Globos de Oro parecieron detenerse y entregarse a la presentadora, actriz y productora. El momento en que Winfrey se plantaría ante el micrófono estaba rodeado de enormes expectativas. Y estuvo a la altura de todas.
“En 1964 era pequeña y estaba sentada en suelo de linóleo de la cocina, con mi madre, viendo como Anne Bankroft entregaba el Oscar al mejor actor. Dijo cinco palabras: ‘El ganador es Sidney Poitier’. Nunca había visto que se homenajease a un hombre negro así. He intentado explicar muchas veces qué significa eso para una niña”, empezó Winfrey. Más de medio siglo después, allí estaba ella. Sobre un escenario, adorada, recogiendo un galardón. Para dar el ejemplo que recibió aquel día: “Por supuesto habrá ahora alguna niña que ve como soy la primera mujer negra en ganar este premio. Es un honor y es un privilegio compartir la noche con todas ellas”.
“Hablar de la verdad es la herramienta más poderosa que tenemos. Me siento inspirada y orgullosa por las mujeres que se han sentido fuertes como para compartir sus experiencias”, continuó Winfrey. Quiso recordar que tal vez Hollywood haya sido un infierno de abusos y ahora un megáfono para combatirlos, pero el problema es global y a 360º: “Afecta a razas, religiones, partidos. Gracias a todas las mujeres que han aguantado y soportado años de acoso. Como mi madre, tenían hijos que alimentar y facturas que pagar y sueños que hacer realidad. Son las mujeres cuyos nombres nunca escucharemos: limpiadoras, agricultoras, científicas, empresarias, deportistas, soldados”.
De todas ellas, Winfrey escogió un nombre: Recy Taylor. Una historia inolvidable y sin embargo desconocida para muchos. Y que ahora corre el riesgo de ser silenciada para siempre, ya que Taylor falleció hace justo 10 días. Cuando era joven, en 1944, fue secuestrada por siete tipos blancos y armados. La llevaron a un bosque, y seis de ellos la violaron. Desde el primer momento, ella trató de denunciar públicamente su tragedia. ¿Pero quién iba a escuchar a una mujer negra? Hasta dos jurados —compuestos solo por hombres blancos— le dieron la espalda. No le sirvió ni el apoyo de varios movimientos por los derechos de los negros o de la activista más célebre de aquellos años, Rosa Parks. No hubo condenas ni culpables. Pese a ello Taylor nunca se rindió. Siguió contando su drama, hasta el final de sus días. Así lo hacía por ejemplo también en un reciente documental de Nancy Buirski, La violación de Recy Taylor. Y ahora que su voz ha callado, Oprah Winfrey quiso alzarla más fuerte que nunca.
“El momento ha llegado. Recy Taylor falleció sin verlo. Pero Time’s Up [se acabó el tiempo, en referencia al movimiento de apoyo a las víctimas de acoso]. Solo espero que Recy Taylor murió sabiendo que su verdad había servido, como la de tantas mujeres maltratadas durante esos años o que están siéndolo ahora. Ella está presente aquí cuando cada mujer dice: ‘MeToo‘. Y en todos los hombres que deciden escuchar”, aseguró Winfrey. Prácticamente todo el auditorio ya estaba de pie. Laura Dern lloraba. Las cámaras de los Globos de Oro enfocaban a muchas de las protagonistas de la gala, visiblemente emocionadas.
Winfrey siguió adelante. “He entrevistado y representado a gente que ha sufrido muchísimo en la vida. Lo que tienen en común es mantener viva la esperanza de un mundo mejor. Quiero que todas las niñas que ven esto sepan que tenemos por delante un nuevo día. Y cuando amanezca será gracias a mujeres magníficas, muchas de las cuales están en esta sala. Y hombres que van a luchar unidos para convertirse en líderes y para llegar a ese momento en que nunca haya que decir: ‘Metoo”. En una lluvia de aplausos, su discurso terminó. La lucha contra los acosos continúa.