Ibis Frade Brito | Prensa Latina
En todo el mundo crecen los cuestionamientos y críticas contra Estados Unidos, un país que mientras se declara defensor de los derechos humanos, alienta políticas para encarcelar a menores de edad o segregar a los inmigrantes.
Pero Washington parece mostrar más interés en señalar a otros, que en arreglar sus propios asuntos, y la víspera, organizó un evento en la sala del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (Ecosoc) para lanzar una campaña contra Cuba.
Si bien no le permitieron realizar una intervención y silenciaron su micrófono, la representante permanente de Cuba ante la ONU, Anayansi Rodríguez, alzó su voz para cuestionar la legitimidad del evento, ‘que jamás debió permitirse en los predios de la ONU pues su objetivo es atacar a un Estado miembro’.
Por ello, dijo a viva voz en la sala del Ecosoc, es lamentable que la secretaría de Naciones Unidas permita que se le haga partícipe de un ejercicio políticamente motivado contra uno de los países integrantes de la organización multilateral. El hecho de que su sede principal se encuentre en Nueva York, no significa que Estados Unidos puede adueñarse de la ONU para agredir a otros Estados, igualmente soberanos, recalcó la diplomática cubana.
Tienen mucho que resolver en su propio territorio en materia de derechos humanos y deberían concentrarse en eso, en lugar de fabricar eventos como este, subrayó la embajadora.
A pesar de la oposición de los organizadores del evento, miembros del cuerpo diplomático de Cuba y otros países latinoamericanos como Bolivia y Nicaragua, insistieron en participar para denunciar las violaciones de derechos humanos cometidas por Estados Unidos.
¿Qué ofreció Estados Unidos a cambio para poder realizar un evento como este, que viola las normas de la organización multilateral?, cuestionó la delegación cubana que se negó a salir de la sala.
Teniendo en cuenta que Estados Unidos está tan preocupado por los derechos humanos en Cuba ¿cuándo van a desmantelar el bloqueo económico, comercial y financiero contra nuestro país?, un mecanismo que constituye una violación flagrante a los derechos humanos, apuntó la representante permanente alterna de la isla ante la ONU, Ana Silvia Rodríguez.
Si tan comprometido está Washington con la causa de los derechos humanos, ¿por qué no ha permitido una investigación internacional sobre las torturas y atrocidades cometidas por sus fuerzas en la Basa Naval de Guantánamo?, añadió.
¿Por qué no hacen un evento como este para explicarle a la comunidad internacional cómo se protegieron los derechos humanos de las personas detenidas en Abu Grahib y en la Base Naval de Guántanamo?, espetó.
También el embajador cubano Humberto Rivera lanzó preguntas a los organizadores del evento que quedaron sin respuestas.
¿Cómo pretende Estados Unidos solucionar la existencia de perfiles raciales en las instituciones encargadas del cumplimiento de la ley? ¿Por qué mueren más negros que blancos a manos de la policía? ¿Por qué mueren más presos negros que blancos?, fueron algunas de las interrogantes.
El diplomático cubano cuestionó por qué Estados Unidos no diseñó la campaña “Jailed for what” (Cárcel por qué) para defender los derechos de los niños migrantes encarcelados al llegar al supuesto país de la libertad: ¿por qué están esos niños en prisión?, dijo.
Inicialmente, la representación norteamericana proyectó que unas 200 personas asistirían al Ecosoc para el lanzamiento de la campaña anticubana “Jailed for what”, sobre la supuesta existencia de presos políticos en Cuba.
Pero apenas una veintena respondió a esta convocatoria y eran más las personas que entraron a la sala para oponerse al empleo de Naciones Unidas con tales fines.
Algunos de los panelistas, a la luz de la mayoría de las legislaciones del mundo, calificarían como agentes extranjeros o mercenarios y esto deshonra a la ONU, protestaban desde sus asientos quienes permanecieron en el salón a pesar de los requerimientos de que salieran.
Las delegaciones de Bolivia y Nicaragua se sumaron para expresar su apoyo a Cuba y denunciar que el evento carece de legitimidad y jamás debió permitirse en Naciones Unidas.