El líder norcoreano Kim Jong-un se encuentra en Pekín invitado por el presidente chino Xi Jingpin en un viaje que no había sido anunciado con antelación.
Kim llegó este martes a Pekín y se quedará en China con su esposa, Ri Sol-ju, hasta el 10 de enero, según informó la prensa estatal del gigante asiático.
Y aunque la fecha de nacimiento de Kim nunca ha sido confirmada por Pyongyang, se cree que el inicio del viaje coincide con el cumpleaños del mandatario norcoreano.
El simbolismo de la visita, sin embargo, va mucho más allá, y se produce en medio de noticias sobre supuestas negociaciones para celebrar otra cumbre entre los mandatarios de Corea del Norte y Estados Unidos, Kim y Donald Trump.
Ambos mandatarios se reunieron en junio del año pasado, en lo que fue la primera cita entre un líder estadounidense con uno norcoreano.
En tren
Los rumores de que Kim estaba de camino a China tomaron fuerza el lunes, luego de que la agencia de noticias surcoreana Yonhap asegurara que un tren norcoreano había sido visto cruzando la frontera entre ambas naciones.
Decenas de vehículos de seguridad bloquearon las calles alrededor de la estación de trenes del pueblo fronterizo de Dandong.
A los huéspedes de los hoteles de esa localidad se les prohibió entrar a las habitaciones con vistas a la frontera, «aparentemente, una medida para evitar que el tren fuese visto», informó la agencia de noticias japonesa Kyodo.
Y tanto la prensa china como la norcoreano confirmaron la visita el martes por la mañana.
El tren de Kim, que se caracteriza por ser de color verde y amarillo, llegó a la estación de Pekín ese mismo día. Es el mismo que usó en su primera visita a China y se parece al que su padre, Kim Jong-il, utilizó cuando visitó China y Rusia en 2011. Una caravana de alta seguridad fue vista más tarde conduciendo por el centro de la capital china.
Esta visita de Kim a China, que va acompañado de varios altos oficiales norcoreanos, es la cuarta en menos de un año.
China, un aliado importante
China es un aliado diplomático importante para Corea del Norte y una de sus principales fuentes de comercio y ayuda.
«Kim está ansioso de recordarle al gobierno de Trump que tiene otras opciones diplomáticas y económicas además de las que Washington y Seúl le pueden ofrecer», le dijo a Reuters Harry J. Kazianis, director de estudios de defensa en el think tank estadounidense Centro para el Interés Nacional (Centre for the National Interest).
Kim no se reunió con Xi durante sus primeros seis años de liderazgo, algo que es inusual. Pero el año pasado, visitó China tres veces. Ninguno de esos viajes había sido anunciado con antelación.
La periodista de la BBC en Seúl, Laura Bicker, afirma que dos de esas ocasiones, que ocurrieron antes de las históricas cumbres entre Corea del Norte con Corea del Sur y con Estados Unidos, fueron vistas por algunos como una oportunidad para coordinar estrategias.
Esta última visita de tres días, según nuestra corresponsal, seguramente generará rumores sobre la pronta celebración de una segunda cumbre con Estados Unidos, algo que Trump habló hace poco, cuando dijo que el lugar de la cita se daría a conocer en un futuro no muy lejano.
El presidente estadounidense declaró a la prensa en Washington DC que se estaba llevando a cabo «un buen diálogo» con Corea del Norte pero que se mantendrían las sanciones sobre Pyongyang.
En su discurso de Año Nuevo la semana pasada, Kim aseguró que estaba comprometido con la desnuclearización pero advirtió que eso podía cambiar si Estados Unidos no retiraba las sanciones.
El progreso diplomático entre Trump y Kim se ha estancado desde la cumbre en Singapur. Ambas partes firmaron entonces un compromiso para desnuclearizar la península coreana, aunque nunca quedaron claras las implicaciones de esto.