El político ecuatoriano Rafael Correa calificó el martes de opio de nuestros pueblos a los medios subordinados a las élites, en un mensaje dirigido al foro internacional sobre periodismo que auspiciado por Prensa Latina sesionó en esta capital.
‘El gran capital lo ha entendido, y se ha apoderado de ella (la prensa) a nivel mundial. En el caso latinoamericano, siempre ha estado en manos de las élites, y con ella nos siguen dominando’, precisó el expresidente (2007-2017).
De acuerdo con Correa, los procesos de cambio en América Latina deben considerar a la prensa burguesa como la principal fuerza a enfrentar.
“Cualquier progresista que no haya entendido aquello, ha entendido muy poco”, subrayó en el mensaje al evento de dos días dedicado a la Operación Verdad, una iniciativa de Fidel Castro pocos días después del triunfo de la Revolución cubana, dirigida a desenmascarar las mentiras contra el naciente proceso.
En el texto leído por el presidente de Prensa Latina, Luis Enrique González en la clausura del foro, advirtió que el poder mediático ha convertido el estado de derecho en estados de opinión, mediante los cuales gobiernan, legislan y juzgan, siendo a la vez fiscales, jueces y verdugos.
A juicio del exmandatario, a partir de la influencia de lo que calificó de mala prensa, las personas viven en democracias mediatizadas, ‘donde ya no manda el pueblo, sino los medios, lo que significa que la hemos perdido’.
Correa denunció que el poder mediático es el poder sin contrapoder, refugiado en una mal entendida libertad de prensa, que en realidad es permanente manipulación, desinformación, y el principal instrumento para mantener la cultura hegemónica y el estatus quo.
“La brutal restauración conservadora que vive la región no sería posible sin el indecente apoyo y manipulación de los medios de comunicación, como lo han hecho en Sudamérica en Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia”, aseveró en su mensaje al foro que reunió a expertos latinoamericanos y de otras partes del mundo.
El político ecuatoriano llamó a dotar a los países de América Latina de medios populares capaces de convertirse, pese a la desigual lucha, en alternativas reales a las grandes corporaciones informativas.
“Necesitamos más Operaciones Verdad. Después de 60 años, se mantiene la estrategia contra los gobiernos de izquierda. Ya no con botas ni fusiles, sino con titulares y fallos judiciales”, sentenció.