Voluntad soberana de Venezuela prevalecerá a intervención imperialista

Una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU debatió este sábado sobre la situación en Venezuela. El encuentro contó con la presencia de más de 30 oradores, que incluyeron al canciller venezolano, Jorge Arreaza y al secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo.

La mayoría de las naciones representadas en el Consejo de Seguridad de la ONU, entre ellas, Rusia, China, Guinea Ecuatorial, Sudáfrica, Bolivia y Cuba, rechazaron el Golpe de Estado y la injerencia en los asuntos internos de Venezuela, se opusieron a las amenazas y al ultimátum lanzado contra la nación sudamericana y exigieron respeto a las leyes internacionales y la Carta de la ONU.

La sesión se inició con una tentativa del representante ruso, Vasily Nebenzya, de evitar el debate sobre Venezuela. Nebenzya sostuvo que “Venezuela no supone una amenaza para la paz ni para la seguridad”, y agregó que lo que sí constituye una amenaza para la paz son las acciones del Gobierno de EE.UU. y sus aliados para desestabilizar a la nación bolivariana y deponer a su presidente legítimo. “El intento de Washington de orquestar un golpe de Estado supone un quebrantamiento del derecho internacional”, afirmó el diplomático.

Pompeo ripostó argumentando la supuesta responsabilidad de Maduro en los acontecimientos de Venezuela, culpando al mandatario de todos los males y tragedias que vive su pueblo. El Secretario de Estado incluso le dio tratamiento de expresidente.

Sometida a votación la propuesta de Rusia, Washington logró que se siguiera adelante con la sesión, al obtener nueve votos a favor: EE.UU., Alemania, Francia, Reino Unido, Perú, Bélgica, Polonia, Kuwait y República Dominicana; y cuatro en contra: Rusia, China, Guinea Ecuatorial y Sudáfrica, y dos se abstuvieron: Indonesia y Costa de Marfil.

Rosemary DiCarlo, secretaria general adjunta de la ONU para asuntos políticos y consolidación de la paz, responsabilizó a Venezuela por la tensión política existente en el país, las supuestas violaciones de los derechos humanos y la crisis económica.

Durante el desarrollo de la sesión del Consejo, Estados Unidos y un grupo de países que incluyeron a Perú, Colombia, Brasil, Alemania y el Reino Unido, desconocieron al Gobierno venezolano y respaldaron a Guaidó como “presidente interino”. De los 35 países, 19 optaron por el diálogo entre venezolanos y 16 por la injerencia extranjera.

El canciller Jorge Arreaza, en su intervención, señaló que el «salvajismo y la fuerza» no se impondrán. Los autores materiales e intelectuales del plan contra Venezuela lo que buscan es un derramamiento de sangre, esperaban que estallara la violencia el pasado 23 de enero.

Arreaza preguntó al plenario: “¿Qué es lo que quieren, llevar a Venezuela a una guerra civil?”, y afirmó: “No lo van a lograr”.

Tras explicar lo que acontece en el país sudamericano, el Canciller preguntó a los presentes: “¿Es Venezuela el trofeo de guerra de Donald Trump?”, y recordó al auditorio lo sucedido con las intervenciones de Washington en Irak, Libia y otras partes del mundo.

El ministro indicó que, ante este nuevo desmán, y como en ocasiones anteriores, «Venezuela no está sola», porque muchas naciones nos apoyan.

“Apoyamos las iniciativas de diálogo”, subrayó Arreaza, quien destacó en su intervención las propuestas de México, Uruguay y la Comunidad del Caribe (CARICOM) en este sentido.

Cuestionó la actuación de los países que han apoyado la autoproclamación de Guaidó, y la postura intervencionista de EEUU que ha revivido el fantasma de Monroe contra Venezuela.

Ello quedó claro en la intervención del Secretario de Estado norteamericano, quien en su discurso plagado de desplantes imperiales afirmó que Cuba está detrás del Gobierno “opresor” y «antidemocrático» de Nicolás Maduro y exhortó a los Estados a “tomar partido”.

“No más demoras, no más juegos. O están con las fuerzas de la libertad o están con Maduro y el caos. Llamamos a todos los miembros del Consejo de Seguridad a apoyar la transición democrática en Venezuela y el rol que tiene en ella el presidente interino Guaidó”, apuntó.

El representante ruso afirmó que EEUU convocó a la reunión como parte de sus acciones para desestabilizar a Venezuela y cambiar su gobierno. «Los estadounidenses no han cambiado en absoluto su manera de ver a América Latina como su patio trasero, donde pueden hacer lo que les dé la gana», dijo.

Refiriéndose a las amenazas del representante yanqui de usar la fuerza preguntó: ¿Estados Unidos está dispuesto a recurrir a la fuerza armada contra un Estado soberano bajo ese pretexto inventado?».

El embajador chino, Ma Zhaoxu, hizo un llamado a mantener la calma y negó que la situación de Venezuela suponga una amenaza a nivel internacional.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, consideró que Guaidó debe liderar la transición a unas elecciones «libres» en Venezuela, al ostentar «la máxima representación» de la Asamblea Nacional venezolana.

Similares fueron las posturas de los representantes del Reino Unido, Alemania y Francia, quienes demandaron en la ONU que Maduro convoque a elecciones en ocho días. «¿Dónde se les ocurre semejante acción injerencista?», dijo Arreaza, y enfatizó: «Dedíquense a sus asuntos, respeten la autodeterminación de los pueblos».

En otro momento del debate, Elliot Abrams, recientemente nombrado por Pompeo para conducir la política estadounidense sobre Venezuela, habló para llamar a Venezuela como un satélite de Cuba y Rusia.

La embajadora Anayansi Rodríguez Camejo, representante permanente de Cuba ante la ONU, denunció la intención de EEUU de utilizar al Consejo de Seguridad para legitimar la campaña internacional contra el gobierno legítimo de Venezuela y reiteró el «absoluto respaldo» de Cuba a la Revolución Bolivariana y chavista, «a la unión cívico-militar del pueblo venezolano y a su gobierno democrático, conducido por el presidente constitucional Nicolás Maduro Moros», y concluyó su intervención: “La voluntad soberana del pueblo de Venezuela prevalecerá frente a la intervención imperialista. La historia juzgará a quienes alientan la usurpación golpista”.

México y Uruguay reiteraron su reconocimiento al Gobierno constitucional venezolano y revalidaron su iniciativa de facilitar un diálogo entre todas las partes implicadas.

Arreaza denunció que casi la totalidad de los asesinatos registrados por hechos políticos en los últimos meses se han dado en escenarios convocados por la oposición, en protestas violentas organizadas y financiadas desde el exterior.

Afirmó: “Estamos de pie para defender a nuestra soberanía y nuestra dignidad (…). ¡Venezuela es irrevocablemente libre!”.

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