Así como en Irak, Siria y otros países, como justificación para invasiones armadas han inventado la presencia de armas químicas y otras cuyo uso está prohibido por la comunidad internacional, en Nicaragua los Estados Unidos, a través de la USAID, se sacan de la manga de la camisa presuntos problemas comunitarios y sociales a fin de infiltrarse en nuestro quehacer diario.
Sin que nadie se los haya solicitado, los gringos y su tenebrosa agencia de “ayuda” se han arrogado el derecho a “promover su democracia” capacitando a jóvenes reclutados por las ONG opositoras y el MRS, a fin de enfrentarlos al gobierno sandinista con el cuento de que “fortalecen la participación de la sociedad civil y mejoran la gobernabilidad local”.
Es así que en 2014 encontramos a la agencia injerencista USAID, donando 74,363.00 dólares para impulsar la participación ciudadana de la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGTB) en Bluefields y Rama, lo que según los Estados Unidos, permitirá “un desarrollo con representatividad, inclusión y equidad”.
En Nicaragua nadie persigue a la mencionada comunidad y hasta tienen una oficina en la Procuraduría de Defensa de los Derechos Humanos, por lo que la preocupación gringa por gays, lesbianas y similares no tiene mayor razón. En el Caribe de nuestro país existen demandas más ingentes que formar “cuadros” de un pequeño grupo de la diversidad sexual.
No obstante, el interés gringo es crear base social en la región atlántica nicaragüense a fin de movilizarla en contra de gobiernos que, como el actual, no se subordinan a sus intereses políticos y económicos.
El MRS y sus ONG satélites dirigidos por señoras de la comunidad LGTB, coinciden casualmente con la insistencia de los gobernantes norteamericanos en “proteger” a un grupo que tiene sus derechos garantizados, pese a lo cual en los últimos años ha recibido muchos millones de dólares cuyo verdadero fin ha sido la desestabilización del país.
A esas doñitas del MRS y sus ONG opositoras las vimos en las marchas liderando el fallido golpe de Estado de 2018, y sobre todo, a través de las redes sociales, para lo cual se habían preparado a profundidad.
Que no venga pues la ultraderecha de los Estados Unidos a fingir que les quita el sueño la situación de los gays, lesbianas y demás en las despobladas ciudades del Caribe nicaragüense. A estas alturas todos sabemos el papel que las “atribuladas” lesbianas del MRS y las ONG jugaron en el intento de golpe de Estado.
Este es un resumen del documento que muestra la forma en que se infiltran los gringos a través de la USAID: